Derechos deshechos por el feroz apetito de unos pocos.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Infancia, ese periodo caracterizado por el natural crecimiento físico y personal, si se dan las condiciones necesarias para satisfacer las necesidades básicas, al menos.
Entre ellas las de alimentación, apego, afectividad, escolarización-aprendizaje, vivienda,… en definitiva todo aquello imprescindible para ser y estar con una seguridad física y una confianza emocional-afectiva esenciales para el desarrollo.
A la vez que la riqueza queda en manos de unos pocos, en España también se sigue esa moda, por cierto, y mientras aumentan el número de afortunados y el dinero que poseen unos cuantos, también se va incrementado la pobreza infantil, y por tanto la de sus familias.
El Gobierno y grandes empresarios dicen que España está mejor económicamente, ¡¡¿para quién?!!
A ver si nos enteramos ya, de que a fuerza de negar la evidencia no se soluciona la realidad… Señores ¡Que la balanza está inclinada…! Pero mucho, mucho…
En este mundo globalizado en el que todo es susceptible de ser vendido y comprado, la libertad económica de unos pocos es la condena a la pobreza de la mayoría.
Por tanto cualquier propuesta política-económica que se haga desde el sector desfavorecido, los del pod€río lo venderán como una utopía.
La ventaja es que son una minoría y que tienen demasiado dinero, pues quien no lo tiene, ha de emplear su imaginación, su sentido del humor y risa, su propio valor y su voluntad, mientras que la vagancia, la pereza, la tristeza, la cobardía tendrán que mandarlas a Plutón, como cerca.