España: no al miedo. sí a la esperanza

En España la corrupción ya no produce asombro; tantos episodios conocidos, tantos corruptos descubiertos, tantos corruptores (ocultos pero intuidos) gozando de impunidad, no provocan sorpresa sino una indignación ciudadana que se incrementa día a día, opina Carlos Barra Galán1.

Tal nivel de corrupción ha sido posible en el contexto de una sociedad adormecida, encandilada por el falso resplandor de un crecimiento económico con pies de barro que posibilitaba un engañoso bienestar, una sociedad donde los poderes públicos al dictado de lo ordenado por los saqueadores que detentan el poder económico y financiero, han producido tales estragos sociales que seguir hablando del panorama asolador que la sociedad española presenta es un ejercicio de flagelación ciertamente insufrible.

Se hace necesario cambiar el rumbo, modificar de manera sustancial la dinámica social y política en que nos encontramos. Esto exige en mi opinión efectuar una serie de consideraciones:

El Partido Popular que sustenta al Gobierno está enfangado en la corrupción, con numerosos militantes cualificados imputados, algunos de ellos (ciudadanos ejemplares en palabras del presidente Rajoy) condenados y encarcelados, existen indicios muy fundados de haberse financiado irregularmente y haber mantenido una «contabilidad b» durante años. Parece lógico pensar que bajo estas premisas ni el Partido Popular ni el Gobierno sustentado por él pueden ser quienes puedan realizar las transformaciones y medidas que la situación de nuestro país exigen de manera urgente y en consecuencia en democracia ello exigiría la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales. Por desgracia para los españoles esto no ocurrirá; el Sr. Rajoy agotará la legislatura, seguirá con la política antisocial que ha llevado a España a tener el honor de ser el país de la OCDE donde más han crecido las desigualdades sociales; apoyado por quienes detentan realmente el poder (grandes poderes económicos y financieros) intentará una vez más invocar al miedo para mantener un inmovilismo que le permita seguir avanzando hacia una sociedad cada vez más dual e injusta. Nada nuevo, es la política de la derecha rancia y reaccionaria de siempre, que impidió o trató de impedir el desarrollo de nuestro país a lo largo de su historia. Creo que el PP es un partido que la sociedad española va a dar por amortizado, lo va a mandar a la oposición donde deberá afrontar una auténtica refundación.

El Partido Socialista Obrero Español, principal partido de la oposición está enfrascado en un difícil proceso de renovación; como toda organización centenaria su historia tiene episodios de luces y sombras; siendo indudable que en su haber están logros muy importantes para la ciudadanía conseguidos bajo sus gobiernos, es también cierto que ha cometido graves errores al tomar o apoyar medidas que alejadas de los principios del socialismo supusieron un castigo para amplias capas de la población; ello ha conllevado una importante pérdida de credibilidad que debe intentar recuperar de inmediato.

Recuperar la credibilidad perdida debería ser objetivo esencial para el PSOE. La firmeza de los principios del socialismo democrático puede servir para fomentar el diálogo con todas aquellas fuerzas políticas que pretenden devolver a la sociedad española los niveles de igualdad, libertad y bienestar perdidos avanzando en la profundización democrática que los ciudadanos exigen para facilitar su participación en los asuntos públicos. De la capacidad de los dirigentes socialistas, para plantear propuestas claras que sirvan para avanzar hacia una sociedad más justa con una redistribución mayor y mejor de la riqueza, con máximos niveles de transparencia y con participación real de la ciudadanía en los asuntos trascendentales de interés público, dependerá volver a contar o no con el apoyo ciudadano.

La sociedad civil ha sido duramente golpeada por las políticas llevadas a cabo utilizando la crisis como excusa; tal ha sido la dureza de las agresiones sufridas que los ciudadanos han salido de su aletargamiento y han reaccionado con fuerza, cívicamente, movilizándose para defender sus derechos y libertades amenazados cuando no eliminados. El movimiento del 15-M fue la visualización de una ciudadanía que pacíficamente tomaba las plazas y calles, debatía en ellas sobre los asuntos públicos y exigía un cambio radical en la forma de entender el ejercicio del poder político, exigía ser consultada y no estar dispuesta a que todo siguiese igual. Todo auguraba un cambio social no pasajero.

Expresé entonces que quienes entendieran la trascendencia de lo que había ocurrido en nuestras calles y plazas, tendrían más opciones de futuro (Siguen sin entender, Sistema Digital 14 junio 2011). Los partidos mayoritarios no supieron (quisieron) entender lo que el 15-M significaba y ello incrementó aún más su pérdida de credibilidad.

El PP exultante tras su gran victoria electoral en las municipales y autonómicas y sin ninguna afinidad con las demandas sociales planteadas en las plazas y calles , endureció aún más su política antisocial al llegar al gobierno y hoy está condenado a pagar muy caro en las urnas su quehacer político contra una gran mayoría social.

El PSOE tampoco supo entender entonces el calado de ese movimiento social y no afrontó de manera inmediata un giro en sus propuestas y acciones políticas, fue incapaz de separarse de la identificación con el PP que la ciudadanía expresaba; identificación en mi opinión injusta y desafortunada, pues siendo ciertos los errores cometidos por el PSOE en su acción política, no lo es menos que un análisis serio y riguroso impide hacer una identificación de esa naturaleza.

Es aquí , ante la falta de respuestas frente a las demandas ciudadanas, donde debe encuadrarse la aparición de nuevos colectivos y organizaciones que en estos años han ido configurando un tejido de resistencia social, de organizaciones solidarias de apoyo mutuo( mareas, plataformas, colectivos) que movilizándose han mostrado al país la crudeza de nuestra realidad social ocultada intencionadamente por los poderes establecidos y en esa dinámica se produce la irrupción de una nueva fuerza en el ámbito político, PODEMOS, que sin duda lo ha conmocionado.

Desde mi punto de vista, la llegada de esta nueva formación política es positiva para la sociedad española. En principio ha servido para encauzar políticamente una gran parte de la indignación ciudadana y ello transmite la necesaria tranquilidad en una situación social muy difícil; asimismo genera esperanza pues su aparición obliga a todos los actores políticos a efectuar propuestas concretas que contemplen soluciones a los graves sociales existentes; va a dinamizar el debate político en nuestro país pues su irrupción muy posiblemente conlleve una participación ciudadana mayor en los asuntos públicos y asimismo va a exigir de todos los actores políticos la máxima credibilidad de aquellos que pretendan representar a los ciudadanos, dificultando la permanencia de quienes se sirven de la política sin aportar nada a la ciudadanía.

Dicho lo anterior, es obvio que el futuro de PODEMOS, dependerá de la confianza que sus propuestas generen en los ciudadanos tras su confrontación con las de las otras formaciones políticas ; volverán a equivocarse aquellos que entiendan que descalificar de manera burda, invocar apocalípsis inventados y catástrofes imaginarias, hacer intentos de caza de brujas, demonizar personas o invocar el miedo, es la manera de confrontar políticamente; esta es la tradicional forma de proceder de la derecha española para enfrentarse a los partidos de izquierda. La ciudadanía entiende la confrontación política como un ejercicio de debate de propuestas y no de zafias descalificaciones, conoce bien como los poderes económicos y financieros utilizan determinados medios de comunicación para lanzar soflamas contra quienes osan poner en peligro su dominio sobre la sociedad; es por ello que no va a caer en ese engaño y mentira.

Para concluir reitero: No al miedo, sí a la esperanza.

  1. Carlos Barra Galán es médico del Sistema Madrileño de Salud, Médico Especialista en Gerencia de Áreas de Salud, exgerente de Hospital Universitario, exdirector Provincial de Insalud. Licenciado en Derecho

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