Cuba EEUU: el largo camino hacia la normalización de relaciones

El Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba, estuvo estos días sometido a una intensa presión de trabajo, sus empleados fueron los anfitriones de un hecho sin precedentes en muchos años: negociaciones bilaterales directas de alto nivel entre representantes de Cuba y Estados Unidos.

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Roberta Jacobson, secretaria adjunta de Estado para el Hemisferio Occidental, es la funcionaria de más alto rango en visitar la Habana en las últimas décadas. Andes/AFP

Ambas naciones mantuvieron dos días de conversaciones oficiales durante las que abordaron temas como la emigración ilegal y el curso hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, informa Roberto García Hernández*.

Portavoces de la cancillería isleña reiteraron que el proceso debe hacerse sobre la base del respeto a la soberanía de Cuba, al derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Pero a pesar de las profundas diferencias entre ambas partes, portavoces de las dos delegaciones coincidieron en calificar las pláticas de positivas, constructivas y flexibles y precisaron que es solo el comienzo de un largo proceso.

Como parte del plan previsto, el 21 de enero se celebró la vigésimo octava ronda de conversaciones migratorias, en la cual la delegación norteamericana estuvo presidida por el subsecretario asistente del Buró para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Edward Alex Lee.

El 22 de enero tuvieron lugar negociaciones sobre el proceso para restablecer los nexos diplomáticos y las embajadas en las respectivas capitales, que según las dos delegaciones necesitará tiempo suficiente como para resolver un grupo de obstáculos legales y logísticos.

En esta ocasión, la parte norteamericana estuvo presidida por la secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, quien además cumplió un amplio programa de encuentros con sectores diversos de la sociedad cubana.

Asimismo, las negociaciones tuvieron lugar poco más de una semana después de la entrada en vigor, el 16 de enero pasado, de las modificaciones de los departamentos del Tesoro y de Comercio de Estados Unidos, que  levantaron nuevas expectativas acerca del giro de los vínculos entre las dos naciones vecinas.

Las provisiones eliminan una parte de las restricciones al comercio y los viajes de estadounidenses a la isla, pero lo que a muchos se les olvida es que sigue en pie el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra la nación caribeña hace más de cinco décadas.

Hay que tener presente además que continúan prohibidas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadounidense, excepto una cantidad limitada que los visitantes norteamericanos podrán llevar de regreso a su país.

Con el fin de apoyar las intenciones de Estados Unidos de potenciar su influencia en la población cubana, las regulaciones estimulan al sector de telecomunicaciones a hacer inversiones en infraestructura y vender servicios, softwares y equipos.

Están claros los objetivos de este transformación -positiva pero a la vez incompleta- en la política hacia Cuba: Washington intenta ahora cambiar el método pero los objetivos siguen siendo los mismos.

Así lo reconoció públicamente el 23 de enero Roberta Jacobson en una conferencia de prensa en La Habana ante más de 200 periodistas nacionales e internacionales.

La funcionaria reiteró que el fin de Estados Unidos es transformar la nación caribeña, empoderar lo que ellos consideran la sociedad civil y lograr que el gobierno cubano tome medidas más acordes con los intereses de Washington en el tema de los derechos humanos.

La política anterior de aislamiento no logró estos fines, reiteró, y aunque tenemos profundas diferencias con el gobierno cubano, vamos a seguir adelante hacia la normalización de los vínculos bilaterales.

Pero la parte cubana expresó sus criterios sobre este tema, se declaró dispuesta a analizarlo sin ningún tipo de problemas y a la vez señaló aspectos de las violaciones de los derechos humanos en Estados Unidos.

En un comunicado entregado a la prensa, los diplomáticos cubanos expresaron serias preocupaciones por la falta de garantías y de protección a los derechos humanos en Estados Unidos, en particular la persistente ilegalidad de las detenciones en la cárcel de la base naval norteamericana en Guantánamo.

En fin, todo este contexto indica que es largo y tedioso el camino hacia la normalización total de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero a juicio de las cancillerías de ambas naciones, el proceso seguirá su curso, a pesar de las profundas diferencias que existen entre los dos vecinos.

  • Crónica especial para Andes de Roberto García Hernández, jefe de la Redacción Norteamérica de la agencia informativa latinoamericana Prensa Latina

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