El extraño caso de la marquesa de Vadillo: una locura de función

El extraño caso de la marquesa de Vadillo. Así se titula para disponernos ya el ánimo a lo que vamos a ver. Extraño caso no; extrañísimo. Yo lo calificaría sin dudarlo de locura sandunguera. Es que si lo pienso, no lo digo. La experiencia teatral del Teatro del Zurdo me hace pensar que todo este dislate está producido adrede y que se recrean en ello.

cartel-Marquesa-de-Vadillo El extraño caso de la marquesa de Vadillo: una locura de funciónTantos actores (nada menos que siete en escena que te reciben ya desde el patio de butacas en forma de camarera, lacayo, etc.) dan mucho que esperar. Pero veamos lo de la locura:

A qué viene si no, ni en Ágatha Christie ni en Marqués de Vadillo, ese meter de continuo canciones italianas de San Remo sólo porque ella, la actriz Binotti, sea italiana y amante de esas bellas melodías como puedo serlo yo; canciones que yo misma coreé y más porque me me encantan, pero que descolocan por completo el tema y demoran la trama hasta rabiar. Todo lo que retarda, es contrario al drama… catapún.

La escenografía lujosa, vestuario de lacayos y ayudantes de cámara es siglo XVIII, pero hay personajes trajeados que, como el administrador, son siglo XX y remiten a otro crimen aún no aclarado de la nobleza española. Las alusiones a la corrupción y sus acólitos son siglo XXI y la empanada es mundial, como la pizza, y está servida. Disfrútenla.

La música en directo anima el cotarro, sí, con el aordeón en primer término, que es ya la enseña de El Zurdo, y a sus sones melancólicos, la marquesa aprovecha cada dos por tres para, micrófono en ristre, apuntarse una más y meter de rejón otro San Remo caiga quien caiga.

Lógicamente la matan y así adivinamos a posteriori, vía pesquisas, la vida que ella y los de su clase llevaban o llevan, farandulero de noche, beatos de día, ¿en qué siglo de España? Saliendo por las noches de jolgorio, travistiéndose contra todos los mandatos divinos y humanos para deshacerse en obras pías por la mañana y dejarse engañar por un truhán.

Viniendo de ellos, tiene que ser algo bueno, pero sólo vi locura. He aquí el argumento:

«La Marquesa de Vadillo es una mujer jovial que pretende vivir los últimos años de su vida de una manera intensa y peculiar.

Pero todo cambia cuando aparece en sus aposentos asesinada.

El inspector tendrá un duro trabajo para descubrir quien ha sido el vil y traidor criminal de entre los sospechosos: mayordomo, administrador, sobrina, amante y doncella.

El analisis de la escena del crimen así como los diferentes interrogatorios serán claves para el desenlace final. Al mismo tiempo en los camerinos veremos a los actores en el plano más privado e intimo de una profesión… en horas difíciles… pero cuando todo parece ir como de costumbre… la radio da una noticia que cambiará sus vidas…para siempre».

Ficha de la representación

  • Marzo de 2015
  • Autor y director: Luis Crespo y Félix Estaire
  • Iluminación: Víctor Cadenas
  • Escenografía y vestuario: Mónica Boromello
  • Reparto: Nuria Benet, Roberto Drago, Rebeca Medina, Fernando Otero,
  • Beatrice Binotti, Eugenio Gómez, Miguel Barderas Ruíz

 

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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