Voy a utilizar un término acuñado por la RAE, “postureo” que viene pero que muy bien en estos casos. Agentes de vigilancia aduanera de la agencia tributaria han registrado el domicilio del hombre que tocaba la campana, digo la campana porque también tocó otras cosas, y mientras eso sucedía un banco quebró. Esto no sé si es por postureo o porque ya toca.
Siempre digo que en estos casos de presunta corrupción lo que más me llama la atención no es lo que se roba, ni quién roba, sino ¿por qué roba? Un exvicepresidente del gobierno, un exministro de Economía y Hacienda, expresidente de Bankia, un exgerente del Fondo Monetario internacional, ¡jope vaya un currículo para un presunto nuevo chorizo! ¿y qué le faltaba al niño de casa bien? Sería más dinero para llevar en carroza a su novia porque si no, no lo entiendo o sigo sin entender el refrán de la avaricia rompe el saco, porque vaya si lo rompe.
De pronto me viene a la cabeza el cuñado del Rey que no ha hecho más que el bobo con lo bien que vivía y la vida que se pegaba luego y así otros cientos de chorizos que ya duermen en la cárcel pero sigo sin entender ¿qué hace que la codicia sea un modus operandi? ¿cómo se puede querer más cuando todo se tiene?
Si a esto le sumamos que ambos dos, pero más el que está siendo registrado, ha sido ministro de un país, le ha amparado un partido político, ha sido el hombre cabal, bueno, honesto que siempre pregonaba y ahora nos sugiere que también podía ser chico malo, cuanto menos, la gente que no llega a fin de mes se indigna, los que llegan se alborotan y los que tienen, se preguntan ¿cómo es posible que paguen justos por pecadores?
Si seguimos tirando de la manta, sale Bárcenas, que casualmente tenía que ver con un partido, a la sazón, el mismo, que en sus ratos libres hacía la cuenta de la vieja, uno y uno, dos, y estos dos pa mi…No sé si la colega Alicia González Vicente puede ahora como periodista hacer una crónica de un robo anunciado, de una deslealtad a un partido, a un gobierno y a un país del hombre con el que convive y duerme cada noche, que si bien no se ha bajado del machito y sigue con su nivelón de vida, puede en este caso mirar de frente y no caerse de espaldas.
Quizá en los pucheros que le cocina por su afición a los fogones, pueda decirnos algo más del señor que la elevó a la cumbre con los mil euretes que sacaba del cajero con la tarjeta black. Así se conquista a una dama, sí señor, diecisiete veces vas y sacas mil euros porque eso no da pa ná…Con un patrimonio que asciende a no sé cuántos millones de euros es posible que ahora le compre una panificadora a la doña, porque a la pobre le interesa aprender a hacer pan. Debe ser que el refrán «contigo, pan y cebolla» lo ve próximo. Y que conste que lo siento hija porque ¡vaya pavo que has metido en el horno!
No sé yo si le iría a ver a Soto. Ahí se va a encontrar con los del partido y así pueden echar partidas de mus. Lo que no sé es dónde está esta tarde de primavera Mariano Rajoy. Creo yo que a estas alturas del disco debería haber dicho ole ¿no? Y eso que hay unas elecciones cerca. Cristobal toda la mañana hablando de la mar y de los peces; por lo pronto de Pujol, aunque ni varas de medir ni santas pascuas; y por la tarde registran a Rato. No sé si Montoro es amigo de él, lo tenía pensado o se le ha ocurrido por postureo. ¡Qué bien me viene esta palabra últimamente!
Todo se hace por postureo, incluso ir a la casa de uno que robó para ver si se ha dejado algo. Si lo ha hecho es que es más tonto de lo que pensábamos. Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca pero Spain is different ya saben, y aquí, eso sí, no dimite ni Perry.
Esperemos un rato a ver con qué chorrada nos despachan los que le pusieron ahí. Esperanza Aguirre ya se ha pronunciado y dice que ella reventó la trama Rato. Ahí queda eso.
Ahora te toca a ti, Mariano, esto es como la oca, que tiras, porque te toca.
