En México, la desigualdad es extrema

En un ingente trabajo realizado por el economista Gerardo Esquivel  para Osfam México queda patente que la inmensa riqueza del país azteca está en manos de demasiados pocos y que la pobreza está instalada en la mayor parte del país.

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El Distrito Federal está rodeado por un inmenso cinturón de viviendas insalubres.

Mientras la riqueza de los cuatro millonarios más ricos de México representa ya el 9% del PIB mexicano, más de la mitad de los mexicanos (el 54,4% de la población) permanece en pobreza. Es decir, más de 50 millones.

Lo que encontramos en este texto de Gerardo Esquivel es que en las últimas décadas, México ha experimentado un crecimiento de la desigualdad extrema mientras la economía se ha estancado. El crecimiento económico es magro, los salarios promedios no crecen, la pobreza persiste, pero la fortuna de unos cuantos sigue expandiéndose.

Este país está inmerso en un ciclo vicioso de desigualdad, falta de crecimiento económico y pobreza. Siendo la decimocuarta economía del mundo, hay 53,3 millones de personas viviendo la pobreza. La desigualdad ha frenado el potencial del capital físico, social y humano de México; haciendo que, en un país rico, sigan persistiendo millones de pobres. ¿En dónde está esa riqueza mexicana? En términos de renta y capital, se encuentra concentrada en un grupo selecto de personas que se han beneficiado del poco crecimiento económico del que ha gozado el país en las últimas dos décadas. Así, mientras el PIB per cápita crece a menos del 1 % anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por cinco.

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A los pies de los rascacielos, la gente tiene que comer en los puestos callejeros por unos pocos pesos. ©Kontxaki

La política social, asimismo, ha sido un rotundo fracaso: al día de hoy, esa lógica de que el crecimiento se filtra de las capas altas a las bajas simplemente no ocurre en México desde hace décadas. Uno de los dolorosos ejemplos es el salario mínimo: si un mexicano percibe esta cantidad y mantiene a alguien, a ambos se les considera pobres extremos. La política salarial que en algún momento se concibió como mecanismo de contención inflacionaria, ya no tiene razón de ser. Hoy en día, el salario mínimo mexicano (70,10 pesos diarios, o 4 euros)  está por debajo de los umbrales aceptados de pobreza.

En desigualdad, México ocupa el lugar 87 de 113 países. Al ordenar a los países por desigualdad ascendente, México ocupa el lugar 107 de 132; es decir, 80 % de los demás países tienen menor desigualdad. En ambos casos, México está dentro del 25 % de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo.

Curiosamente, entre mediados de los noventa y 2010 disminuyó significativamente; sin embargo, según los datos de la OCDE, en 2012 la magnitud de la desigualdad era mayor que a principios de los ochenta.

Las cifras revelan que México es el país de la muestra en donde al 1 % más rico le corresponde un mayor porcentaje del ingreso total (21 %). En otros países, este porcentaje fluctúa en un promedio cercano al 10 %. Una vez más, el ejercicio revela -o por lo menos sugiere- el importante grado de concentración del ingreso en el país.

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La lujosa Avenida Reforma de la capital mexicana (plaza Diana). @Kontxaki
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Viviendas de cualquier barrio.

Los ricos…

No hay cifras oficiales sobre la riqueza en México. Lo que sí hay son algunas estimaciones no oficiales. El Global Wealth Report 2014 de Credit Suisse (2014), por ejemplo, señala que el 10% más rico de México concentra el 64,4% del total de la riqueza del país.

Por otro lado, un reporte de Wealth Insight (2013) revela que en 2012, había en México 145.000 individuos con una riqueza neta superior a un millón de dólares (sin incluir el valor de su residencia habitual). En conjunto, sus riquezas ascendían a un total de $736 mil millones de dólares. Estos millonarios -representantes de menos del 1 % de la población total- concentraban en ese año alrededor del 43 % de la riqueza total del país. También señala que la riqueza de estos millonarios excede con mucho el promedio que corresponde a los millonarios de otros países, quienes concentran apenas el 29 % de los recursos de sus respectivos países. Y concluye que el número de millonarios en México creció un 32 % entre 2007 y 2012; tendencia que contrasta, como el blanco y el negro, con la reducción de 0,3 % a nivel mundial en ese mismo periodo.

… No han crecido demasiado

Contrario a lo que podría pensarse, el número de multimillonarios mexicanos no ha crecido de manera significativa en los últimos años. En 1996, y de acuerdo con la primera lista publicada por Forbes, había 15 mexicanos con fortunas superiores a los mil millones de dólares. De 1996 a 2005 el promedio fue de once mexicanos por año. Con base en los datos de 2014, figuran 16 en esa categoría, apenas uno más que hace casi dos décadas.

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Polanco, uno de los barrios más elegantes del DF. @Kontxaki

Pero son mucho más ricos

Lo que sí ha cambiado y de manera muy significativa, es la importancia y magnitud de la riqueza de estos multimillonarios. Mientras que en 1996 las fortunas de esos 15 equivalían a 25.600 millones de dólares, las de los 16 de 2014 equivale a 142.900. ¿Qué implica lo anterior? Que entre 1996 y 2014 la fortuna promedio de cada miembro de ese selecto grupo de mexicanos pasó de 1700 a 8900 millones de dólares.

Incluso si se descuenta la inflación, se trata sin duda de un aumento muy significativo en sus riquezas. Todo lo anterior contrasta tremendamente con lo que ha ocurrido en el país entre 1996 y 2014: la tasa de crecimiento del PIB per cápita ha sido ligeramente superior al 1 % en promedio anual. En dicho lapso, sólo ha crecido alrededor de 26 %; crecimiento muy por debajo de lo que de hecho han aumentado las fortunas de los multimillonarios mexicanos.

En la actualidad, el rendimiento real de la riqueza de cuatro mexicanos es alrededor de un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos. De nuevo, la misma historia: el ingreso de un grupo en extremo pequeño de la población no guarda relación alguna con el de la parte más grande de la población mexicana.

Fiscalidad desfavorable para los pobres

El diseño y estructura del sistema tributario es uno de los aspectos de política en los que la élite económica mexicana ha logrado influir de manera preponderante. La política fiscal mexicana no corresponde a una economía desigual en donde los instrumentos tributarios se diseñan para reducir de manera significativa las brechas en el ingreso entre ricos y pobres; en otras palabras, no hay una política fiscal especialmente progresiva. Por el contrario, ésta parece estar diseñada de tal manera que el efecto redistributivo sea mínimo, por no decir nulo.

Esto se comprueba, por ejemplo, en la estructura de los ingresos fiscales. Mientras que el promedio de los países de la OCDE obtiene el 32,5 % de todos sus ingresos a partir de impuestos en bienes y servicios (lo que incluye impuestos al consumo e impuestos especiales), México obtiene el 54 % de todos sus ingresos por esta vía.

Lo anterior implica que la estructura fiscal mexicana está mucho más orientada a gravar el consumo que el ingreso personal o empresarial. Bien se sabe, que los impuestos al consumo tienen un carácter regresivo porque los hogares relativamente pobres tienden a gastar un porcentaje más alto de su ingreso que los hogares relativamente ricos. En una economía tan desigual como la del país azteca, esto significa que los hogares pobres pueden terminar pagando, en forma de impuestos, más que los hogares ricos, a pesar de las exenciones en algunos productos.

Hay otros aspectos del sistema tributario mexicano que parecen favorecer a quienes más ingresos perciben. Un ejemplo es la tasa marginal del ISR (impuesto sobre la renta) que es una de las más bajas de todos los países de la OCDE. Incluso después del aumento de 2014 -que la llevó a 32 %- aún está muy por debajo del promedio (50 %). Otro dato que vale la pena resaltar es que, aunque en casi todos los países miembros esta tasa ha tendido a disminuir (hasta hoy la caída ha sido del 25 % aproximadamente), la disminución en México entre 1981 y 2013 ha sido de más del 40 %.

Otro ejemplo es la forma en que se gravan los ingresos por dividendos. La suma de los impuestos empresariales y personales da un total de una tasa combinada de 30 %. La tasa personal es de 0 %. La combinada, de nuevo, se encuentra muy por debajo del promedio de la OCDE (42 %). Finalmente, y hasta hace muy poco, en México no había impuestos a las ganancias de capital en el mercado accionario y lo que existe hoy está sujeto a múltiples exenciones. Tampoco hay impuesto alguno a las herencias. En varios Estados no hay impuestos relativos a los vehículos (tenencia) y el de vivienda (predial) resulta insuficiente (con excepción de la Ciudad de México y algunas zonas turísticas).

Oxfam reveló el pasado año 2014 que 85 personas alrededor del mundo poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial*. Para enero de 2015, el número se había reducido a 80. Desde entonces, han iniciado un movimiento global en el marco de la campaña IGUALES para alertar a los líderes políticos, a los empresarios, y a la ciudadanía, que la desigualdad extrema está limitando los avances en la lucha contra la pobreza. ¿No creen que va siendo hora de que todos, absolutamente todos, nos sumemos a esta iniciativa?

Concha Moreno
Periodista. Tras más de 30 años en el sector de la construcción en general, de la mano de una publicación para profesionales, un buen día nuevos derroteros la llevaron al mundo de la política, pero sin dejar la comunicación. Esa época determinó el comienzo de un camino dirigido a la solidaridad, a la defensa de los derechos humanos, a la denuncia. Poco después dejó España y se instaló en México. Allí comenzó a publicar en el periódico México Inteligente, donde tuvo su propia columna. Posteriormente, colaboró con el Periódico de Puebla y con revistas literarias, donde editó poesía. Un buen día contactó con Periodistas en Español, medio que le permitió relatar a los españoles lo que sucedía en el país azteca, así como describir las maravillas de su naturaleza. Tras siete años de estancia en México, a mediados de 2018 regresó a España. Actualmente sigue los avatares mexicanos y continúa contándolo en Periodistas en Español.

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