El reloj del abuelo: de padres a hijos

Juan Castellano

Longines-L2 El reloj del abuelo: de padres a hijosNunca he olvidado que cuando era pequeño, un amigo de mi padre, el señor Tomás, cuando se le preguntaba cómo estaba, él respondía de forma invariable: “como un longines”. Un día, el señor Tomás me explicó que su padre le recomendó una fórmula para tener éxito y era la de tenerlo todo organizado meticulosamente, para así funcionar como un Longines, un reloj suizo que le regaló al cumplir los 21 años.

Años después, trabajando de meritorio en el estudio de arquitecto de uno de mis tíos, le escuché pedir como regalo más deseado un Eterna matic de acero inoxidable, que según ahora compruebo navegando por páginas de relojes en Internet debía ser un modelo que se publicitaba en 1962 como el reloj automático más delgado fabricado hasta esa fecha.

Si cuento estas anécdotas es para explicar el por qué desde niño me atrajeron los relojes que alcanzaban fama de generación en generación, y la noticia de la necesidad de regularizar ese segundo de más que acumula nuestro mundo girando alrededor del Sol y con el que tuvimos que actualizar los relojes el pasado 30 de junio de 2015, me trajo a la memoria aquellos recuerdos y la necesidad de saber qué se valora en la actualidad.

Buscando ahora información sobre relojes de época o relojes históricos, veo en la página Chrono24 que, como en otras materias, también se ha globalizado la posibilidad de comprar y vender relojes de lujo, pero se puede apreciar que los criterios que nos hacían desear uno u otro modelo no han cambiado, ya seas alto ejecutivo, deportista de élite, estrella de Hollywood o, simplemente, millonario, aunque sí se tienen ahora en cuenta las necesidades que imponen las nuevas tecnologías, y es sintomático que Apple haya decidido fichar al director de ventas del fabricante suizo de relojes de lujo TAG Heurer para vender el próximo iWatch bajo el lema «Hecho en Suiza».

rolex-cellini El reloj del abuelo: de padres a hijosY no se puede terminar un artículo sobre relojes sin mencionar los relojes de Rolex, porque casi todos sus modelos son considerados símbolos de un alto poder adquisitivo, pero la ostentación de esta marca por personajes que no acabaron bien en la política o en los negocios le hizo perder puntos en la consideración pública, que ha conseguido recuperar demostrando al mundo que son operativos desde los 8848 metros de altitud en el Everest hasta una profundidad Challenger de 10 898,4 metros.

Conclusión, no se debe abandonar la afición por los buenos relojes y así, cuando llega la jubilación, se pueden dedicar algunas horas, sin caer en los males de un coleccionista apasionado, a repasar el estado de conservación de una colección que los nietos puedan mirar con interés. Eso sí, si somos capaces de hacerles sentir que levantar la vista del smartphone para posarla en la muñeca seguirá siendo un signo de distinción.

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