À l’espagnole, fantasía escénica

Dentro de la programación del Festival Madrid en Danza, he tenido la oportunidad de ver el espectáculo À l’espagnole, fantasía escénica, de la compañía Antonio Ruiz, con música en directo a cargo del grupo sevillano «Accademia del piaccere» que lidera el músico Fahmi Alqhai.

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À l’espagnole, fantasía escénica

El espectáculo se ofrecía por primera vez dentro de dicho Festival que ya va por la XXX edición. La sala estaba llena hasta las celosías de los pisos altos y entre el público, esperando al último minuto para acomodarse, las celebridades abundaban, se saludaban, se jactaban de repetir porque ya lo habían visto en Granada.

A lo largo de los 75 minutos que dura esta fantasía, el entusiasmo era máximo, se veía que todos estaban allí por algo ya que empezaron a aplaudir en cuanto hicieron su aparición los quince componentes, y el público salía satisfecho a la vez que ensimismado de tanto arte: «sencillez», «frescura» eran palabras que se apreciaban entre los aplausos que, todos juntos y uno a uno, recibieron los miembros de ambas compañías. Arreciaban más por los bailarines que por los músicos, se ve que el público de la danza es más entregado, pero es seguro que el mérito era de todos, ya que las dos compañías -Antonio Ruiz y la Accademia del Piaccere- habían unido sus fuerzas para crear «À l’espagnole, fantasía escénica», y en ella la danza, el teatro y la música barroca se fusionan para una belleza común. No vi necesaria esa exposición uno a uno a la valoración del respetable.

Como argumento e hilo conductor, la Fantasía se inspira en la contaminación cultural que España y Francia han sufrido a lo largo de la historia. Ahora ya sabemos quién inventó la «marca hispánica», quién iba de París a España y de España a París empujada por la fuerza de un romance, quién inventó la tortilla francesa y el retrete y el bidet, y ese baile tan escandaloso de la zarabanda en que ambos se provocan y la mujer se exhibe con descaro al que viene pidiendo guerra… Y dejándose llevar, se pueden ver momentos muy concretos de Goya y de Delacroix que desfilan en el aire merced a la versatilidad de los bailarines que los dibujan… Y a todo esto se une, inseparable, el sonido acordado de los instrumentos barrocos y versallescos, desde la guitarra española al clave pasando por la percusión, la viola de gamba y el laúd.

Los bailarines no sólo bailan sino que también hablan llevando el hilo conductor y entre ellos, la voz de plata de una soprano pone armonía entre las puyas franco españolas que los músicos también atizan de vez en cuando.

Para los franceses, somos la indisciplina, aunque también la auténtica libertad sin corsés ni normas (Carmen), así como la creación artística más elevada contra todo criterio y moda. Contra todo gobernante. Nuestros vecinos del Norte nos quieren y les hacemos mucha gracia. Buena prueba la tenemos en Goya, que acabó teniendo que exiliarse en Burdeos después de haber retratado las tropelías cometidas en Madrid contra el pueblo español y sus reyes. ¡Qué país excesivo!, dicen nuestros vecinos entre asombrados y admirativos. Y nosotros, por no quedarnos callados, ridiculizamos con la boca pequeña y una secreta envidia algunos de sus usos y costumbres. Sobre todo ahora que no nos oyen: Omelette, ¿pues no ven que es tortilla?

Como reza el programa, «una relación de amor-odio, de seducción-rechazo, de adopción y transformación de las formas, principalmente a través de las danzas venidas de América y asimiladas posteriormente en España, sirven en À l’Espagnole como puntos de partida para este espectáculo…»

La pieza se estrenó en junio de este año en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada.

  • Idea, coreografía y puesta en escena – Antonio Ruiz
    Dirección musical – Fahmi Alqhai
    Reparto – Melania Olcina, Lucía Bernardo, Tamako Akiyama, Manuel Martín, Indalecio Seura y Jordi Vilaseca
    Viola da gamba – Fahmi Alqhai, Rodney Prada, Rami Alqhai y Johanna Rose
    Soprano – Mariví Blasco
    Guitarra barroca y laúd – Enrique Solinís
    Clave – Javier Núñez
    Percusión – Pedro Estevan
    Duración: 75 minutos
    Espacio: Teatros del Canal – Sala Verde
    Fecha: 21 de noviembre de 2015
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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