Dos días de reuniones ininterrumpidas de mañana y tarde para analizar los resultados obtenidos por la ONG en 2015 y trazar planes para 2016 daban paso a aprovechar el fin de semana para pasear por Barcelona, volver por las calles con recuerdos agradables y callejear por nuevos derroteros para colmar el espíritu aventurero que nos invade cuando viajamos a otras ciudades.
La elección para este sábado fue Las Ramblas, aunque las tenemos muy paseadas, en esta ocasión estamos pertrechados con información que puede aportarnos nuevas experiencias. Este viernes, una joven apostada a la puerta del hotel abordaba a quienes salíamos para preguntarnos amablemente si queríamos información para disfrutar mejor por las cercanías.
Recordando a los grupos de jóvenes que nos reparten a nosotros la publicidad para captar voluntarios y donantes acepté escuchar y en pocos minutos me encontré con tres folletos en la mano, una muestra de regalo y una información muy resumida, se apreciaba que llevaba bien estudiado el mensaje, sobre comercio tradicional, actividades culturales y referencias gastronómicas.
Ya he comentado que conozco bien la publicidad directa, en ocasiones he acompañado a los equipos que colaboraban con nosotros en calles, plazas o estaciones de metro para verificar su eficacia, así que no pude sino valorar la profesionalidad con la que se me estaba informando de forma clara, breve e inteligible sobré las posibilidades de ocio y turismo en torno al hotel.
Le pregunté para que empresa trabajaba y cuánto tiempo llevaba en esta actividad de promoción en la calle y citó precisamente una empresa denominada Publidirecta, que cuenta con una unidad especializada en buzoneo en Barcelona, datos que anoté para el departamento de marketing de la ONG.
También tuve que valorar la publicidad que me había aportado, cuando viajo prefiero no tener que entrar en las grandes superficies comerciales para hacerme con recuerdos y regalos, y Barcelona cuenta con un comercio de alta calidad que resiste el embate de las franquicias y grandes almacenes, pero que no se anuncia precisamente en radio y televisión por ser muy local.
Y pude comprobar que no todo está al alcance de la vista Ramblas abajo, que puedes perder oportunidades de conocer algo nuevo si no te han informado de que en la calle paralela o en la que cruza puedes encontrar artesanía u orfebrería local, o que un chef emergente ofrece alternativas de la cocina tradicional catalana para no tener que conformarte con las paellas precocinadas de las terrazas situadas en el Paseo.