Desafío y ejemplos

A veces quieres un reto, buscas un reto, eres un reto. Hay momentos en los que te sobran las fuerzas, aunque te falten. En ese instante preciso eres más que nadie, eres todo, eres tú, y puedes, y sigues, y te dices que el mundo se inventó para ese trance en el que viajarás eternamente. Hay dudas, pero no paras. Eso es lo importante.

Te das, entonces, las gracias por todo lo que te ha conducido hasta esa atalaya a través de caminos e ideas que te forjaron como eres, mejor incluso de lo aguardado. El universo es generoso con el que no se cierra en banda, con el que aspira a la dicha sencilla. Aparece el milagro antes o después. Seamos testarudos en ese plano, desde esa óptica. Alberguemos tesón.

El sacrificio y el afán diarios han de ser las guías de unas expresiones con las que navegar sin rumbo fijo. Nos hemos de servir en unas nuevas y rutilantes trayectorias, que hemos de comenzar con humildad y pretensiones varias. No finjamos ni figuremos porque sí. Caminemos con firmeza.

Hemos de aventurarnos con las promesas cumplidas, procurando que la voluntad nos lleve por la senda del aprendizaje, que nunca se ha de colocar de lado. Hagamos que las versiones se complementen para optimizar tiempos y medidas. No dejemos nada al albur del destino. Propongamos. Todo sale cuando hay convicción.

Las premisas nos han de valer como medida de lo que realizamos, que no ha de quedar en el tintero. Elucubremos y seamos con toda la sensatez posible. No malgastemos los tiempos de antaño. Nada es infinito: debemos recordarlo. Atesoremos experiencia para superar los equívocos. Nos hemos de distraer en positivo.

Pongamos modelos con texturas de poder anónimo. Nos hemos de coger por el brazo para no dejar que lo que nos ilusiona se quede sin desarrollar. Estiremos la devoción hasta palpar los tonos más azulados, esos que nos indican el cielo y sus gratos sabores.

Los ejemplos están ahí para tomarlos. Tengamos en cuenta, por favor, los mejores. Eso, sinceramente, lleva su cronología. No estamos para perder lo más valioso: la vida. Ése es el desafío.

Juan Tomás Frutos
Soy Doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid, donde también me licencié en esta especialidad. Tengo el Doctorado en Pedagogía por la Universidad de Murcia. Poseo seis másteres sobre comunicación, Producción, Literatura, Pedagogía, Antropología y Publicidad. He sido Decano del Colegio de Periodistas de Murcia y Presidente de la Asociación de la Prensa de Murcia. Pertenezco a la Academia de Televisión. Imparto clases en la Universidad de Murcia, y colaboro con varias universidades hispanoamericanas. Dirijo el Grupo de Investigación, de calado universitario, "La Víctima en los Medios" (Presido su Foro Internacional). He escrito o colaborado en numerosos libros y pertenezco a la Asociación de Escritores Murcianos, AERMU, donde he sido Vicepresidente. Actualmente soy el Delegado Territorial de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) en Murcia.

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