Por fin, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo, fue recibido el 16 de mayo por el presidente cubano Raúl Castro, escribe Joaquín Roy para IPS.
El suspense se mantuvo hasta última hora. Recuérdese que en una anterior visita a final de 2014 Castro no lo recibió. Se atribuyó ese desdén como enfado por el tema de la conferencia que Margallo dio en la escuela diplomática cubana sobre el modelo de la transición democrática española, alusión que no encaja con los guiones cubanos.
En fin, ese «incidente» se ha enterrado y ambos gobiernos ahora califican el nuevo encuentro de muy positivo. Análisis de observadores consideran el momento de las relaciones entre los dos países como muy «dulce».
El guión de la evolución de la relación en los últimos años, desde que Raúl tomó las riendas de Cuba tras la enfermedad de su hermano Fidel, revela un claro abandono de la tensión entre los dos gobiernos sobre todo durante la primera época de José María Aznar (1996-2004). Se ha difuminado la estridencia. El gobierno español aprendió que la contundencia de los mensajes solamente servía para que el gobierno cubano rebotara con mayor agresividad y personalismo las arremetidas de Madrid.
Desde La Habana, sistemáticamente se le atribuía al gobierno español que el mantenimiento de la Posición Común de la Unión Europea, que condicionaba un Acuerdo de Cooperación, era obra del gobierno español. Era la herencia de la decisión de Aznar en conseguirlo en 1996, al llegar al poder, un año explosivo dramatizado por el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y la aprobación de la Ley Helms Burton.
Tras el cambio de gobierno en Madrid en 2004, como consecuencia de la lamentable administración del ataque terrorista contra el ferrocarril que debía llegar a la estación de Atocha, durante el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, se había insistido en la conveniencia de la suspensión de las llamadas «medidas» contra el gobierno de La Habana por el encarcelamiento de disidentes y la ejecución de secuestradores de un ferry en el puerto de La Habana. El régimen cubano contestó a esas medidas con el congelamiento de las relaciones diplomáticas. El resultado fue calificado por el nuevo gobierno del PSOE como «contraproducente». De ahí en la insistencia en la corrección instalada por el gobierno del PSOE y mantenida por la nueva administración de Mariano Rajoy.
Este nuevo encuentro entre Margallo y Raúl Castro se ha enmarcado en un programa aderezado por un protocolo exquisito, combinando visitas de alta simbología histórica con acciones económicas.
Además de la ofrenda de la clásica corona en el monumento a José Martí, se organizó un homenaje a los defensores de La Habana ante la invasión de los ingleses en 1762, mientras en el puerto fondeaba el navío-escuela Juan Sebastián Elcano, asiduo visitante en Cuba.
La relación económica hispano-cubana sigue estando dominada por sectores turístico-hoteleros. España sigue liderando la administración de hoteles en Cuba, en la senda de algunas empresas como Meliá. La probable invasión de inversiones estadounidenses deberá esperar a que la parte más dura del embargo sea desmantelada.
España ocupa el primer lugar de relación económica con Europa, y el tercero del mundo, solamente superado por Venezuela y China. El monto del intercambio hispano-cubano en 2015 superó los mil millones de euros.Toda esta actividad queda enmarcada en la reciente firma del acuerdo para reestructurar la deuda a medio y largo plazo, calculada en 2444 millones de euros, lo cual Raúl Castro debe agradecer.
Margallo estuvo acompañado de la ministra española de Fomento, Ana Pastor, quien anunció que entre los proyectos negociados destaca una ambiciosa cooperación en transporte por carretera, marítimo, el mantenimiento de trenes, y servicios aeroportuarios. Entre otras áreas de cooperación figuran la estructuración financiera de proyectos, capacitación de ingenieros y la promoción del desarrollo tecnológico.
Esta visita será seguida por una reunión del Comité Bilateral Empresarial organizado por las cámaras de comercio de Cuba y España, al que asistirá el secretario de estado de Comercio de España, Jaime García-Legaz. En el mismo contexto se producirán las visitas del presidente de la región de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, y la del presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijoo.
La total normalización de la relación, sin embargo, no podrá sublimarse notablemente hasta que el panorama político de España no se aclare en cuanto a la constitución de un nuevo parlamento y un nuevo gobierno, como resultado de las nuevas elecciones del 26 de junio o los pactos que se tramen entre los partidos. Mientras numerosos mandatarios europeos han visitado La Habana, se nota la ausencia del presidente español, y también la del rey Felipe VI.
- Editado por Pablo Piacentini
- Publicado inicialmente en IPS Noticias