Pena de muerte: 10 de octubre, Día mundial por la abolición 

“He visto madres, a las que les habían roto el corazón, admitir que la pena capital no les permitía volver la página. Desde mi punto de vista, eso no es justicia…”

(Randy Workman, exdirector de la cárcel de Oklahoma, comentando lo que pensaba a la madre de una víctima de asesinato, que preguntaba si debía pedir la pena de muerte para el acusado del crimen. Declaración publicada por Amnistía Internacional). 

Pena de muerte: 10 de octubre, Día mundial por la abolición, cartel

El lunes 10 de octubre de 2016 es el Día Mundial de la Abolición de la Pena de Muerte, en esta ocasión centrada en el terrorismo como coartada para que algunas legislaciones continúen manteniendo la pena capital. Una fecha para recordar que más de medio centenar de países y territorios siguen aplicando la pena capital, y para luchar por su desaparición y el respeto de los derechos universales y fundamentales del hombre, entre los que, en primer lugar, figura el derecho a la vida.

En los últimos años, y en contra de la acción constante del movimiento abolicionista, algunos estados, con la excusa de garantizar su seguridad y la de sus ciudadanos, han restablecido el uso de la pena de muerte como último castigo. Nigeria, Blangladesh, India y Túnez, entre otros, han aprobado leyes que amplían el campo de aplicación de la pena capital, añadiendo las actuaciones terroristas a la lista de delitos que pueden condenarse con la muerte. También Pakistán y Tchad han reanudado recientemente las ejecuciones en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Según la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, oficialmente o en la práctica, más de dos tercios de los países del mundo han abolido ya la pena de muerte: 104 la han abolido para todo tipo de delitos, 6 para los delitos comunes y 31 respetan la aplicación de una moratoria en las ejecuciones. Los últimos países que se han adherido al Protocolo del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos son Togo y la República Dominicana. En cambio, en 58 estados y territorios del planeta se sigue aplicando la pena de muerte, aunque en los últimos años se constata una tendencia a la baja, tanto en el número de condenas a muerte como en el de ejecuciones.

El último informe de Amnistía Internacional sobre 2015 habla de “1634 ejecuciones, llevadas a cabo en 25 estados, frente a las 607 de 2014 y las 778 de 2013. En cambio se ha reducido el número de condenas a muerte, 1998 frente al record de 2466 en 2014. El 89 % de las ejecuciones que tuvieron lugar en 2015 se efectuaron en Arabia Saudí, Irán y Pakistán y Estados Unidos”. Es importante recordar que es muy difícil, por no decir imposible, determinar la cifra real de ejecuciones llevadas a cabo en el mundo por la falta de estadísticas oficiales en algunos países, como China, donde con toda probabilidad se producen más ejecuciones que en el resto de países juntos.

En España, las últimas ejecuciones tuvieron lugar en septiembre de 1975, cuando fusilaron a dos militantes de la organización separatista vasca ETA y tres militantes del FRAP. Un año antes, habían aplicado el garrote vil a Salvador Puig Antich, anarquista catalán militante del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), acusado del asesinato de un guardia civil. Tres años después, y muerto el dictador, la legislación española abolía la pena capital para los delitos de derecho común, aunque no se puede hablar de abolición total hasta 1995, cuando la pena de muerte desaparece también del código de justicia militar.

Aunque se desconoce el número exacto de ejecutados durante los años de la dictadura franquista, muchos historiadores respetados dan la cifra de 200 000, la mayoría fusilados –son los cuerpos que la aplicación de la Ley de Memoria Histórica debería estar buscando hoy en las cunetas y las muchas fosas comunes repartidas por la geografía patria, pero la técnica particularmente bárbara del garrote vil se aplicó hasta el último momento.

La Coalición Mundial contra la Pena de Muerte -que es una agrupación de organizaciones internacionales no gubernamentales, colectivos y asociaciones de abogados, sindicatos y gobiernos locales de todo el mundo- inició en 2003 la celebración del Día Mundial con un tema concreto cada año, en esta edición el terrorismo, y con los objetivos de animar y reforzar la dimensión internacional de la lucha a favor de la abolición, y presionar a los estados que conservan la pena de muerte para que procedan a su abolición.

La decisión de establecer el 10 de octubre como fecha para el Día Mundial de la Abolición de la Pena de Muerte se tomó en el Congreso Mundial celebrado en Estrasburgo en 2001.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.