A finales del siglo XIX una nueva idea se imponía en todos los ámbitos de la creación, desde la literatura y la música al teatro, la moda y las bellas artes. Impulsado por los avances en la industria, el Modernismo ocupó todos los ámbitos de una sociedad que confió al mito del progreso tecnológico y científico la solución de todos los conflictos.
En esos años las fábricas y el movimiento obrero crecían simultáneamente al auge de la sociedad de consumo de masas. En Cataluña, el artista que mejor supo reflejar en su obra la eclosión de la modernidad fue Ramón Casas i Carbó (Barcelona 1866-1932), que abrazó todas las manifestaciones que cabían en la expresividad de un movimiento en sí mismo caleidoscópico: la pintura, el cartel, la fotografía, la estampa…
Un total de 145 obras de este autor ocuparon en junio de 2017 varias salas de CaixaForum en un espectacular despliegue de arte modernista, exposición que mostró además obras de artistas contemporáneos a Ramón Casas y de aquellos que ejercieron su influencia sobre el artista, entre otros, Toulose-Lautrec, Picasso, Santiago Rusiñol, Sorolla o Julio Romero de Torres.
Entre París y Els Quatre Gats
Cuando tenía quince años sus padres enviaron a Ramón Casas a estudiar a París, entonces la capital cultural del mundo, donde tuvo la oportunidad de conocer las últimas tendencias del arte internacional que él asimiló un tanto desordenadas. Entró como aprendiz en el taller de Cardus-Duran, en el que también estudiaba John Singer Sargent. Inoculado en su espíritu el veneno del arte, Casas comenzó a pintar retratos, empezando por los de sus familiares y amigos. A París regresó varias veces, para empaparse de las vanguardias que allí tenían su asiento. En una de esas ocasiones estuvo acompañado por Santiago Rusiñol y ambos permanecieron juntos dos años, los que coinciden con el apogeo de su trayectoria artística.
En la Barcelona a la que Casas regresó años después se había instalado un ambiente cultural alternativo de libertad y creatividad artística. En la cervecería Els Quatre Gats se reunía la bohemia y el mundillo de la poesía y el arte en un ambiente que emulaba al cabaret parisino Le Chat Noir. Aquella taberna acogía actividades vanguardistas entre irreverentes y extravagantes, que incluían combates de boxeo, espectáculos de sombras chinescas y marionetas. Casas, uno de los asiduos al local junto a Romeu y Rusiñol, fue el autor del conocido poster con la marca publicitaria de la taberna.
De la misma manera que lo más universal se encuentra en lo local y lo más próximo, la formación cosmopolita de Casas desembocó en el cultivo de la temática popular y el pintoresquismo: escenas taurinas y circenses, flamenco, espectáculos populares, folklore, majas y toreros… un imaginario con el que trataba de superar las diferencias entre la cultura de élite y la cultura popular.
En 1894 Ramón Casas inicia una serie de pinturas dedicadas a la crónica social, impulsado por las aglomeraciones de masas que acudían a los espectáculos callejeros, desde corridas de toros a ejecuciones públicas (“Garrote vil”), pasando por acontecimientos religiosos (“Salida de la procesión del Corpus de la iglesia de Santa María”). De este modo introdujo en sus pinturas el nuevo fenómeno de las multitudes anónimas, que se venían mostrando en las fotografías que en aquellos años alcanzaban ya un nivel de difusión muy importante y por las que Casas se dejó influenciar en relación con el encuadre, los planos y las tomas en picado, y que utilizó como herramientas para construir espacios compositivos en sus pinturas. La exposición acoge también una amplia muestra de fotografías con el ambiente social de la época.
A pesar de la discrecionalidad de su obra pictórica Casas nunca abandonó el retrato, especializándose en la imagen de la mujer, a través de la que buscó el ideal estético de belleza femenina típicamente moderna: sofisticada, refinada, elegante y coqueta, a la que sitúa en ambientes burgueses de lujo y riqueza. En cambio, en sus carteles publicitarios la mujer obedece más al modelo de emancipada, activa y deportista. Los desnudos femeninos, de una gran fuerza visual y con una excelente representación en esta exposición, son una de las mejores muestras del liberalismo estético que practicaba el pintor.
Exposición en CaixaForum:
- TÍTULO. Ramón Casas. La modernidad anhelada
LUGAR. Fundación La Caixa. Madrid
FECHAS. junio de 2017