Investigadores de Amnistía Internacional han descubierto esta semana equipos de tortura ilegales que distintas empresas chinas promocionaban en el salón internacional Milipol, que se ha celebrado en París entre el 21 y el 24 de noviembre de 2017.
Ante las denuncias efectuadas por la organización humanitaria, los servicios de control del salón reaccionaron y el día 23 clausuraron el stand. Milipol es uno de los grandes salones europeos en el terreno de la seguridad.
Desde 2006, en la Unión Europea está prohibida la importación y exportación de equipos de tortura. A finales de 2016, la UE prohibió igualmente la promoción y exposición de dichos equipos en salones profesionales.
Sin embargo, algunos de los artículos descubiertos por AI figuraban en los catálogos del salón parisino y otros estaban directamente expuestos. La organización se pregunta cómo han podido ser importados en la UE. Entre ellos encontraron esposas eléctricas para los tobillos, porras con puntas, chalecos que dan descargas eléctricas, aparatos de descargas eléctricas para los muslos, escudos de descargas eléctricas, algunos provistos de pinchos y puños de protección con puntas, todos ellos vendidos por empresas chinas en Milipol.
«No aplicando la legislación –dice AI en un comunicado del 23 de noviembre– Francia permite que los torturadores vengan aquí a hacer negocios. Es muy preocupante constatar que se burlan las reglas de la UE cuando todavía no se ha cumplido un año de su entrada en vigor».
AI señaló lo observado a los servicios de control del salón, tras lo cual los organizadores cerraron el stand de la sociedad que tenía expuestos los equipos.
En septiembre de 2017, durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, se creó la Alianza para los intercambio comerciales sin instrumentos de tortura, por iniciativa de la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malström, para promover en el resto del mundo la legislación de la UE en materia de equipos de tortura.
“La UE ha abierto el camino en lo que concierne a la prohibición de equipos de tortura, pero nosotros hemos visto este tipo de instrumentos expuestos en pleno corazón de París. Si los estados de la UE no aplican correctamente esta legislación, ¿cómo van a persuadir a otros países para que pongan fin a este comercio ? Las autoridades francesas deben poner en marcha medidas que garanticen la estricta aplicación de la legislación de la UE, para que nadie pueda seguir obteniendo beneficios con este comercio de instrumento concebidos para hacer sufrir a los seres humanos”, dice el comunicado de AI.