Las comisiones de Derechos Humanos, Trata de Personas y de Asuntos Indígenas del Senado de México emprenderán una serie de reformas para acabar con la falsa aplicación de programas sociales y hacer efectivo el respaldo de programas de desarrollo social para las comunidades indígenas.
Lo acaban de anunciar las respectivas presidentas de dichas comisiones, Angélica de la Peña, Adriana Dávila y Luisa María Calderón Hinojosa, respectivamente, después de escuchar las denuncias de Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” (estado de Guerrero) y el testimonio de una jornalera, sobre las condiciones de pobreza y humillación en los que viven 3,5 millones de migrantes internos que trabajan como jornaleros. Esto se ha producido durante la celebración del foro “Migrantes somos y en el camino andamos”.
La mujer, de 28 años, lleva trabajando 20 y aseguró que los apoyos gubernamentales no llegan a su comunidad, porque aunque hay programas, éstos no se aplican para los migrantes. Agregó que tampoco hay respaldo para que sus hijos, quienes por sus condiciones de pobreza van también a la cosecha, puedan seguir sus estudios al regresar a sus casas, pues deben pagar por ese servicio, a pesar de que es gratis para los demás.
En un lenguaje de quien ha perdido a madre y hermanos en los trayectos a las zonas de cultivo, apunta que ni siquiera tienen acceso al derecho a la alimentación: “Yo nunca he conocido una cama yo siempre he dormido en el suelo, siempre la tierra es mi cobija (manta), es mi colchón… nosotros no conocemos cama, más que el petate, dicen son indios, eso es lo que ha ido creciendo de la discriminación. Las verduras no las conocemos mucho, cosechamos esas verduras donde vamos, pero no es para nosotros, es para la exportación que hacen los agricultores”.
Hermelinda puso en claro que conocen sus derechos, pero no existen mecanismos legales efectivos para hacerlos cumplir, porque les dicen que, como son indios y no tienen nada más que sus derechos, pues se quedan con eso, con sus derechos, porque el dinero es “lo que vale”.
Tras escuchar estos testimonios, la senadora Angélica de la Peña apuntó que el primer paso es que desde el Senado y Cámara de Diputados se asuma la responsabilidad de emprender las reformas necesarias para hacer cumplir los derechos humanos, así como la aplicación efectiva de los programas sociales. “Más allá de que conmovamos y se nos voltee el corazón y el estómago, los legisladores debemos dar respuesta efectiva, y evitar que los tres niveles de gobierno ‘no se pasen más la bolita’ en el incumplimiento de las políticas públicas”. “Ya basta de que las autoridades sean omisas, y lo digo de todos los partidos, en los tres órdenes de gobierno”, subrayó.
De igual forma, llamó a la población a colaborar: “Tolerancia cero, debemos ir más allá, en el mercado, tiendas, cadenas de supermercados, en verdulerías; no debe haber ningún producto agrícola que no tenga la marca de que efectivamente no hubo trabajo infantil ahí… llamo a toda la sociedad a que de veras salgamos de nuestra pasividad”.
En su turno, la senadora Adriana Dávila sostuvo que el reto del Senado es hacer valer los programas sociales y se pronunció por revisar las Reglas de Operación de los mismos, a fin de establecer un lenguaje claro que permita que éstos lleguen a las comunidades más necesitadas, como los migrantes.
Consideró que los gobiernos deben analizar cómo el Legislativo puede establecer un proceso para que se difundan claramente las Reglas de Operación y puedan ser exigidos los derechos por parte de las comunidades indígenas y jornaleros migrantes. “Hay qué decirles cómo pueden exigir sus derechos”, puntualizó
En lo anterior coincidió la senadora Luisa María Calderón, al apuntar que es necesario adaptar los programas de gobierno a la movilidad de los migrantes en los cuatro meses que van a su labor. Igualmente aseguró que en educación también debe de haber una adaptación a su estacionalidad de 7-8 meses, a fin de que los niños tengan mejores condiciones, creándose así mejores incentivos para que regresen a casa. La meta es establecer formas que paulatinamente generen mejores condiciones de vida para que las familias indígenas no se vean obligadas a migrar, concluyó.
María, efectivamente, hay programas para ellos, y leyes que les protegen… Pero están tan desprotegidos como si no hubiera. Por suerte, hay gente a quien les importa y tratan de hacer valer sus derechos, pero aún así, los ven vuulnerados una y otra vezs. Hoy he publicado esto en México: http://www.porunmexicointeligente.com/2013/06/la-especulacion-amenaza-las-comunidades.html
Gracias por tus noticias de los mas desfavorecidos en Mexico que son los Indiguenas como siempre,, los Olvidados se dice que hay programas para ellos ,,pero como siempre estan, los ladrones listos que se llevan los dineros y no pasa nada en ese Pais,, jamas se puede sentar en el banquillo de los acusados a estos ladrones, el amiguismo y compadrasmo esta al orden del dia y en muchos casos, el asesinato de los Lideres que luchan por estos derechos,,, si desde fuera se pùede hacer algo adelante mi correo [email protected]