Wenses y Lala es la historia de una pareja que se ama y se complementa. Wenses es un hombre valiente y de fuertes convicciones. Como todos los tímidos, es muy callado y de fuertes sentimientos que sólo mostrará en circunstancias extremas; el resto permanece en silencio. Lala, por el contrario, es expansiva, canta, baila, está llena de energía, algo que enamora a Wenses.
Pero en el amor de Wenses y Lala juega un componente indispensable la muerte. El amor brota como una flor entre las mayores pérdidas familiares, es el ancla de salvación entre tantos naufragios como hay bien temprano en sus vidas. En estos naufragios se entrelazan motivos emigrantes que van y vienen de España y de México, dramas colectivos ya antiguos y heredados -guerracivilistas- con otros más modernos e individuales, urbanitas, donde el poderoso busca la ruina del débil para salvarse. Las canciones que entona Lala también van en ese sentido, tienen un ida y vuelta de España a México.
Wenses y Lala son dos niños nacidos vecinos, inseparables desde siempre, que han de vivir tragedias paralelas juntos y por separado. Ello los mantiene encogidos antes de salvarse. Lo que les empuja el uno al otro es la necesidad y, más tarde, y de pura abnegación, vendrá el amor. Ambos tendrán ocasión de probarse mutuamente el suyo.
Curiosamente, en medio de tanta zozobra, sólo la iglesia católica les tenderá una mano. Esta institución se enaltece en la obra y gracias a su amparo, los niños se salvan.
Pero no bastará con salvarse; la vida los pondrá a prueba saliéndolos al encuentro: «Él es la fortaleza de Lala y Lala la de él. Ella, una maravillosa mujer, vivaz, alegre, entregada, con ese ímpetu por la vida que enamora por siempre a Wenses, tan tímido y callado pero con un carácter que echa chispas. Ella es su contacto con el mundo. Juntos aprendieron todo de la vida y de la muerte. Juntos en todas las adversidades, optimistas hasta el final.»
Una función muy bien interpretada que encoge el corazón de pura emoción, con saltos en el tiempo que hacen volver la vista atrás y que recuerda muchas vivencias de nuestra historia reciente, de España y de México.
- Dramaturgia y dirección: Adrián Vázquez
Dirección y adaptación: Elena Oliveri
Reparto: Juanma Rodríguez / Elena Oliveri
Ayudantes de dirección: Carlos Puga y Patricia Urrutia
Dirección de producción y distribución: Alex Foulkes
Iluminación: Paloma Parra
Con la colaboración artística de: Pablo Messiez
Duración: 90 min
Función comentada: 8 de abril de 2018
Sala Mirador (Doctor Fourquet, 31, Lavapiés). - Una segunda opinión de Luis de Luis
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