El gran maestro Igor Rausis, de 58 años, confesó ser un tramposo del ajedrez. Durante el torneo de Estrasburgo el pasado jueves 11 de julio admitió haber usado su teléfono móvil, escondido en el inodoro, cuando fue descubierto por los árbitros que estaban alertados de sus comportamientos anómalos. Fue descalificado de inmediato y retirado de la competición.
“He perdido la cabeza. Desafortunadamente no tengo defensa. Admito por escrito que usé mi teléfono durante el juego ¿Qué más puedo decir?” confirmando que abandona el ajedrez de forma profesional, no participará en más torneos.
La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, siglas en francés) lo tenía bajo vigilancia después de aumentar en 200 puntos su puntuación Elo hasta llegar a los 2686 cuando en la última década no había superado los 2500. El director general de la FIDE, Emil Sutovsky explicó que es el primer paso en una larga batalla contra el fraude en el ajedrez y que pillaron la trampa después de un “trabajo en equipo”. Las irregularidades fueron trasladadas a la policía y al comité de ética de la FIDE.
Los teléfonos móviles están prohibidos en los torneos para evitar el uso de ciertas aplicaciones para analizar el juego obteniendo una ventaja. “Es increíble que no haya sido descubierto antes” apuntó el gran maestro inglés Danny Gormally de 43 años.
Hay que recordar que no es la primera vez que se detectan trampas con un móvil en un torneo de ajedrez y en Italia incluso hubo un escándalo llamado Scaccopoli, un sistema de fraude generalizado.
Rausis ocupaba el puesto 53 del ranking FIDE siendo el de mayor edad. Consiguió el título de gran maestro en 1992.
Aunque nació en la entonces Unión Soviética y hoy Ucrania, ha defendido a tres países, Letonia (1992-2003) –donde ganó su título nacional en 1995 y disputó tres olimpiadas, Bangladesh (2003-2007) y finalmente hasta hoy, República Checa. De hecho, ocupaba el segundo puesto en el ranking checo tras David Navara, puesto veinticinco del ranking FIDE.
Además fue entrenador de las selecciones de Emiratos Árabes Unidos, Bangladesh y Argelia.
Nota: Quisiera que este artículo sirva de homenaje al arquitecto Roberto Acedo, quien nunca hizo trampas en el tablero en los cientos de partidas que disputamos y que ahora desde un cielo, ajedrez, sin duda, seguirá moviendo alfiles, caballos y peones para, como siempre, acabar ganando. Siempre quedará en mi recuerdo.
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