La Federación Noruega de Ajedrez, Sjakkforbundet, (NSF) rechazó en su Congreso anual el patrocinio de 10 millones de coronas noruegas (más de un millón de euros) por parte de la empresa de juego Kinder Group con sede en Malta.
La cifra era por un acuerdo total de cinco años, por parte de esta empresa dedicada al juego que tiene unas ganancias de 800 millones de euros anuales. El grupo es líder en el sector de juegos online a través de marcas como Unibet y 32Red.
El Congreso de la NSF celebrado en Larvik –su club cumplía cien años- el domingo 7 de julio de 2019 se opuso a la oferta con un total de 132 votos por 44 a favor. El presidente de la NSF, Morten Lillestol Madsen, quien defendió que era “el mejor acuerdo de cooperación que hemos alcanzado”, señaló que había sido un “debate intenso” y que cumplirían lo adoptado.
Lillestol Madsen quedó totalmente desautorizado pero aun así mantuvo la presidencia de la NSF por 87 votos a favor y 62 en contra.
Junto al dirigente federativo, sin duda el mayor perdedor tras la decisión del congreso fue precisamente el campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, ya que quería se firmara el acuerdo e incluso creó un club artificial de ajedrez, Offerspill SK, para influir en la votación abonando él todas las cuotas de los que se apuntaran. De hecho, tuvo que renunciar a que los supuestos delegados de ese club participaran en la votación. El ajedrecista noruego se limitó a decir tras la votación:“lamentablemente se votó no al acuerdo”.
El propio exentrenador de Carlsen, Simen Agdestein, sostuvo que con la decisión el campeón del mundo “ha sufrido un duro revés. Parecía que quería llevar a cabo un golpe de estado contra un proceso democrático” pero recordó que los ajedrecistas, afortunadamente, “no se dejan comprar”.
Por otra parte, la ciudad noruega de Stavanger había renunciado previamente a optar como sede del campeonato mundial de 2020, tras anunciar que no presentaría su candidatura si se aprobara el polémico patrocinio. Stavanger había ganado la carrera para optar a ser sede del campeonato mundial a otras ciudades noruegas como Oslo, Baerum y Kragero.
El motivo fue una petición del propio Carlsen hecha pública por su propio padre, Henrik, ya que advirtió que jugar en casa “no es ninguna ventaja” además de ser “una presión inhumana”. La organización renunció entonces: “sería imposible para nosotros como organizadores trabajar para lograr este objetivo”.
La alcaldesa de Stavanger, Christine Sagen, tras mostrar su orgullo de celebrar el torneo Altibox Chess –que ganó Carlsen en 2016 y 2019- mostró su disgusto por esta decisión.
Pero las críticas al campeón no solo vinieron de la autoridad local sino de sus compatriotas a través de redes sociales. Uno de los comentarios merece ser destacado, el que recordó que consiguió el campeonato mundial en 2013 al entonces campeón del mundo, Vishwanathan, Vishy, Anand, en su país natal, India, en concreto en Chennai, citando que este debía tener esa “presión inhumana”, lo que aprovechó Carlsen para arrebatarle el título. Pero ahora, curiosamente, no puede soportar él la presión.
Otros comentarios de sus compatriotas son incluso más duros y alguno lo cataloga de ser “un cobarde” a pesar de ser el campeón del mundo.
En lo estrictamente deportivo, Carlsen sigue con su racha de triunfos, ha ganado el torneo Zagreb Grand Chess Tour por delante de Wesley So. Supone el octavo torneo que gana desde diciembre de 2018 tras los de Altibox Chess, Lindores Abbey –disputado en una destilería de whisky en Escocia-, Abidjan en Costa de Marfil, Grenke Chess Clasic, Shamkir Chess, Wijk aan See en Holanda y World Blitz Chess disputado en San Petersburgo.
Lleva una racha invicta de 79 partidas clásicas sin perder desde hace casi un año, el 31 de julio de 2018 cuando lo derrotó el azerí Shakhriyar Mamedyarov en Biel.
Además rompe el techo de los 2881 puntos Elo –tiene garantizado uno más, 2882- y pretende superar la cifra de 2900, algo que sería único en la historia del ajedrez.
[…] Fuente: Periodistas-es.com […]