Alopecia: mitos y verdades

Aproximadamente un 50 % de los hombres y un 10 % de las mujeres sufren alopecia androgenética a lo largo de su vida. Timos, falsas verdades, tratamientos que pretenden devolvernos la melena, son todos ellos, falsos a la hora de tener éxito en esta materia.

Carboxiterapia, ozonoterapia, bótox capilar, champús anticaída, píldoras anticaída, revitalizadores del cabello o crecepelos son entre otros, gracias al marketing la oferta a la que toda persona que nota que va perdiendo pelo acude pero que no sirven absolutamente para nada.

Un estudio científico publicado en la revista Jama Facial Plast Surgery, sugiere que es necesario saber la causa de la alopecia y si es un problema de salud o genético. El proceso es distinto en cada caso. Los pacientes con poco pelo porque nace muy fino, empiezan a ver el cuero cabelludo son unos; y los pacientes con otros procesos; ya sea exceso de grasa, falta de hierro (ferropenia); anemia; embarazos; entre otros factores son otros.

La causa de la alopecia antrogenética afecta a los pacientes, tanto hombres como mujeres por la acción de las hormonas masculinas y aunque se asocia a la edad madura, en algunas personas puede comenzar en la adolescencia.

Hormonas, estrés, mala alimentación, algunas enfermedades, ciertas medicaciones, falta de vitaminas o minerales; todas estas causas pueden producir alopecia pero ninguna de ellas será determinante si pasada esa etapa el pelo vuelve a crecer.  Cierto es que las zonas con folículos atrofiados raramente revierten y no mejoran su densidad.

Captura-de-pantalla-2018-01-28-a-las-19.27.13 Alopecia: mitos y verdades

El tratamiento con finasteride y dutasteride, reservado a casos complicados bloquean la enzima que hace que la hormona testoterona se transforme en otro metabolito que active la calvicie. El fármaco, utilizado por vía oral tiene ciertos efectos secundarios que el paciente debe conocer y por tanto, no debe automedicarse aunque note que se está quedando calvo. Actualmente también se investiga si el finasteride podría inyectarse un par de veces al mes, en lugar de ingerirse, para evitar el temido gatillazo.

“Entre un 0,5 y un 1,5% sufre disminución del apetito sexual y trastornos de la erección y la eyaculación. Asusta mucho a la gente por si toca, pero estadísticamente es infrecuente y es reversible, por lo que si pasa algo se suspende el tratamiento y se recupera”.

En último caso está someterse a un trasplante conocido por FUE (Follicular Unit Extraction) que encabeza los avances de la cirugía capilar. Es un sistema poco invasivo que consiste en extraer pelo a pelo microinjertos de una zona que no tiene la enfermedad como por ejemplo, la nuca. De esta forma mediante anestesia local el paciente va teniendo de nuevo pelo en la zona injertada. Si bien es cierto que no todos los pacientes pueden tener un trasplante de pelo, es cierto que siempre hay que saberlo a través de un dermatólogo no por cabinas de belleza que prometen la panacea.

Hay que tener cuidado con el turismo médico asociado a Turquía. Los pacientes que llegan a acudir a estos centros en hospitales poco cuidados porque son económicos se someten a trasplantes por personal no autorizado y algún médico supervisa la evolución. En España los trasplantes rondan entre 6.000 y 12.000 euros y en el resto de Europa hasta 15.000 por lo cual, muchas personas deciden irse a Turquía. La intervención dura alrededor de ocho horas y son necesarias al menos seis personas.

El resto de los tratamientos, champús, crecepelos, soluciones milagrosas etc, no sirven para nada. Las vitaminas tienen un efecto cosmético pero no médico y los anticaída limpian el cuero cabelludo pero no penetran hasta la raíz que está a 3 m.m. bajo la epidermis.

Otros tratamientos sin evidencia científica hacen que gracias al marketing miles de personas gasten cerca de 3.000 euros hasta que finalmente se dan cuenta de que si su padre y abuelo eran calvos; él, por herencia, lo será.

“En cuanto comiences a generar testosterona durante la adolescencia se activará el proceso”, explica el dermatólogo Dr. Sánchez. “Es como la diabetes, la hipercolesterolemia familiar o la hipertensión arterial esencial: mientras no podamos modificar los genes implicados, el tratamiento solo frena el problema”.

En todo caso, un tratamiento como el minoxidil puede ayudar pero no verá los efectos hasta pasados al menos los dos años. Los pacientes suelen comprar un bote y creen que en 48 horas o en dos meses volverán a tener una mata de pelo, y no se ven los resultados, repetimos, en algunas personas solo, hasta pasaods los seis o siete meses. En las mujeres las situaciones son prácticamente idénticas aunque la prevalencia de alopecia es mucho menor. En algunos casos, solo cuando se entra en la menopausia las mujeres pueden notar algo que su cabello es más fino y que ya no crece tanto. Esto no es sinónimo de una calvicie inmediata pero sí tendrán que consultar cuál es la causa porque puede ser solamente una anemia temporal.

Ser calvo es en algunos casos, una identificación del yo. No recordamos cómo era Zidane sin pelo, y ahí está, calvo y admirado por todas, llegado el caso.

Ana De Luis Otero
PhD, Doctora C.C. Información - Periodista - Editora Adjunta de Periodistas en Español - Directora Prensa Social- Máster en Dirección Comercial y Marketing - Exdirectora del diario Qué Dicen - Divulgadora Científica - Profesora Universitaria C.C. de la Información - Fotógrafo - Comprometida con la Discapacidad y la Dependencia. Secretaria General del Consejo Español para la Discapacidad y Dependencia CEDDD.org Presidenta y Fundadora de D.O.C.E. (Discapacitados Otros Ciegos de España) (Baja Visión y enfermedades congénitas que causan Ceguera Legal) asociaciondoce.com - Miembro Consejo Asesor de la Fundación Juan José López-Ibor -fundacionlopezibor.es/quienes-somos/consejo-asesor - Miembro del Comité Asesor de Ética Asistencial Eulen Servicios Sociosanitarios - sociosanitarios.eulen.com/quienes-somos/comite-etica-asistencial - Miembro de The International Media Conferences on Human Rights (United Nations, Switzerland) - Libros: Coautora del libro El Cerebro Religioso junto a la Profesora María Inés López-Ibor. Editorial El País Colección Neurociencia y Psicología https://colecciones.elpais.com/literatura/62-neurociencia-psicologia.html / Autora del Libro Fotografía Social.- Editorial Anaya / Consultora de Comunicación Médica. www.consultoriadecomunicacion.com Actualmente escribo La makila de avellano (poemario) y una novela titulada La Sopa Boba. Contacto Periodistas en Español: [email protected]