El cantautor Xulio Formoso y el poeta Farruco Sesto han compuesto una de las obras más ambiciosas de la actual música popular hispana
Farruco Sesto y Xulio FormosoDe un tiempo a esta parte, algunas de las reseñas literarias y musicales que publico vienen siendo ilustradas por Xulio Formoso, un artista multifacético nacido en Vigo, cuya infancia y adolescencia transcurrieron entre esta ciudad y la villa de Bueu, donde vivió con su madre en la conocida como Casa de los Picos, hasta que en 1965 ambos viajaron a Venezuela para reunirse con Julio Formoso (Carnota, A Coruña, 1921-Caracas, Venezuela, 1978), padre de Xulio, un periodista antifranquista exiliado en Caracas.
Desde allí Xulio inició una carrera en la que alternaba la pintura, su inicial vocación junto con la escritura, con sus actividades en el campo musical como cantautor y compositor. Su primer disco, grabado totalmente en gallego, contó con la participación del poeta Celso Emilio Ferreiro, entonces también exiliado en Venezuela.
Algunos de los temas de aquel LP fueron versionados por cantantes del movimiento de la nueva canción gallega de los setenta. Más tarde también la cantante Pilocha y el grupo Luar na Lubre grabaron temas de Formoso.
Desde aquel primer disco, Xulio Formoso ha publicado más de 15 álbumes y compuesto la música para varias obras de teatro, entre ellas las de “Tu país está feliz” y “Venezuela tuya”, que supusieron una verdadera conmoción en la escena venezolana de los años setenta interpretadas por Rajatabla, grupo fundado por el propio Formoso. También es autor de la música de “Cantata a Bolívar”, una composición sinfónica con letra de Pablo Neruda, grabada por el Coro de Ópera Teresa Carreño y la Orquesta Filarmónica Nacional de Venezuela.
Entre las últimas grabaciones de Xulio Formoso destaca “Anda suelto el animal”, un cofre de tres CDs y un DVD en el que pone música a los poemas de Farruco Sesto, otro gallego del exilio venezolano, quien ocupó varias carteras ministeriales en los gobiernos de Hugo Chávez, entre ellas la de Cultura. Formoso ya había colaborado con Farruco Sesto en 1978 componiendo la música para los poemas de “Amantes de ningún lugar”, y el cantautor recuerda que la primera canción a la que puso música fue para el poema de Farruco Sesto “Gente pobre”, hace más de cuarenta años. Con el tiempo, el trabajo entre ambos se ha ido perfeccionando, y en “Anda suelto el animal” alcanza cotas de verdadera armonía.
Farruco Sesto Novas, quien nació también en Vigo, hijo del escritor y dibujante Xosé Sesto López, viene publicando su obra en castellano, pero pese a la lejanía con su idioma natal ha mantenido una alta producción poética en gallego (“Da estrela e da fouce”, “Por unha muller”, “Porta aberta”, “Esperanza”) que le ha llevado con merecimiento a formar parte de la Real Academia Galega como ‘correspondente’). En palabras de Méndez Ferrín, en la poesía de Farruco Sesto “trasparecen delongadas lecturas da poesía galega e do mundo, de todo tempo”.
Animales en libertad
Desde las primeras canciones de esta nueva colaboración entre ambos, la poesía de Farrruco Sesto alterna la sensualidad y el erotismo (“Anda suelto el animal”) con el combate y la lucha (“Canto del alba” y “El sur no es un lugar”, ambas con más fuerza si cabe en las versiones corales); la pasión amorosa (“Un amor desmedido”), el simbolismo (“Ella es la amada que no oculta el rostro”, “Me pongo la boina de la guerra”), los celos (“¿De dónde viene cuando viene sabia?”)… que la música de Xulio arropa con acierto en cada una de estas manifestaciones.
Poesía que en ocasiones se sirve de la identificación entre contrarios: “si voy, me quemo/si no voy me quemo”, “ella me da la vida/ella me mata”, “la amada cuyo nombre/ se sabe y no se sabe”. Los versos de Farruco Sesto han encontrado en la música de Formoso el cauce ideal para su expresión poética, como es el caso de “Por conseguir las gemas”, uno de los temas tratados con mayor sencillez instrumental, en el que el ritmo y una melodía de gran belleza se identifican perfectamente con la letra, interpretada, más que cantada, por la voz de Xulio acompañada únicamente por una guitarra acústica. En “Nada será mientras no vengas”, la identificación entre la letra y la melodía musical alcanza de nuevo una armonía perfecta.
Se cumple así el deseo de Farruco Sesto manifestado en los versos de “Camarada, camarita”, otra de las canciones del CD: “La música se ha encontrado/con el sabor/del poema”.
Algunas de las canciones de este álbum son nuevas versiones de viejos temas, como “Canto al Che”, que figuraba en el primer disco de Formoso con el título de “Pandeirada do Che”. Pero la mayor parte son nuevas composiciones del cantautor para la producción poética de Sesto. A destacar la variedad de ritmos y géneros presentes a lo largo de los tres CDs que componen “Anda suelto el animal”, desde el pop y el rock a las malagueñas y boleros, pasando por variaciones de jazz, rap, country e incluso un vals que, en un giro magistral, Formoso transforma en tango en los últimos compases. Se incluye hasta un a modo de romance cantado sobre la zanfona de Isabel Palacios.
El acompañamiento musical de los temas de este triple CD ha sido muy cuidado, tanto en relación con los músicos, todos ellos excelentes profesionales, como en la variedad de instrumentos presentes: flauta travesera, guitarra acústica y eléctrica, piano, oboe, cuerda, acordeón, arpa… y en las voces de Lilia Vera o Elena Gil, que acompañan a la de Xulio Formoso en algunos temas.
En septiembre de 1996, durante un viaje de Xulio Formoso a su Galicia natal, el cantautor declaraba a FARO DE VIGO tener una cuenta pendiente, la de actuar ante el público de Galicia. Casi veinte años después, sorprendentemente, ese sueño sigue sin cumplirse.
he tenido la dicha de conocer y escuchar la voz de xulito y me parece un cantante excepcional con gran talento. Sus sencillas pero bien elaboradas ilustraciones trasladan las mentes hasta donde el mismo desea, puesto que imprime todas sus herramientas artísticas y creativas para lograrlo.
felicidades Xu te lo mereces….
A primeira vez que oín falar do Xulio Formoso foi na Gran Enciclopedia Galega hai moitos anos. Esa reseña xa quedou moi superada. Deberían facer unha actualización. É moi curioso e lamentable que en Galicia tanto él como o Farruco sexan practicamente descoñecidos. Como Andrés Eloy Blanco dixo: «El hijo vil se te eterniza adentro y el hijo grande se te muere afuera».
Sería óptimo poñer algúns temas deste álbum neste espazo dixital.
Xulio es un ser excepcional y nunca he entendido como puede hacer tantas cosas y hacerlas tan extraordinariamente bien. Aunque sus pinturas y dibujos son de altísima calidad creo que donde mejor se expresa es en sus composiciones musicales.
Un disco suyo que ha pasado injustamente sin pena ni gloria es «La Cantata a Bolívar» que hizo con la Orquesta Filarmónica Nacional de Venezuela y El Coro de Opera Nacional. Es una pieza soberbia, un oratorio a la altura de las grandes composiciones de Haendel o de Telemann. Y para qué hablar de sus múltiples albumes desde aquel primero «Tu país esta feliz».
Me confieso una admiradora tenaz y entusiasta de su obra artística que desde hace años nunca deja de sorprenderme. Cuando creo que ya no puede hacerlo mejor, sale con algo diferente que supera todo lo anterior. Se reinventa a sí mismo cada día ya sea en un simple y sencillo dibujo o en una pintura de grandes dimensiones o en una canción o en un disco.
Magnífico tambien el artículo del profesor Pastoriza, muy cálido y humano, se ve que lo conoce de manera muy cercana.
Todos los días reviso esta página de Periodistas en español y lo primero que busco es algún dibujo suyo, alguna genialidad inesperada y divertida y me alegro mucho cuando lo encuentro.
Esperemos que los siga haciendo por muchos años.
Tal vez sea oportuno dejar que los bemoles impregnen el pentagrama. La vida no es siempre un Sol Mayor. También los Si pueden ser menores o sostenidos a duras penas en el tiempo. Hoy se cumplen exactamente cuatro años desde que conociera virtualmente a Xulio cuya vida es completamente distinta a la mía. Tal vez sea porque no nos entendemos que nos llevamos tan bien. Lo conocí cuando ya la artrosis había silenciado su guitarra. Por aquel tiempo, escribía; ya dejó de hacerlo. Ahora solamente dibuja y yo tengo el privilegio de sentirme acompañada por sus trazos.
Las más de las veces lo turbio del agua nubla mi visión, la sal escuece, la respiración se dificulta. Y es que la realidad es la más intensa de las emociones. Me pierdo, me asfixio en ella.
Menos mal tengo en Xulio una Xcafandra amiga. Consulto su silencio y al vacío que crea en torno suyo. Dejo que el peso de sus años colocados sobre mis hombros desacelere mi ritmo, oriente mi andar equívoco.
Mi Xcafandra tiene una sonda colorida y un sonar musical que permiten una, la entrada de aire limpio para oxigenar mis intenciones y, el otro, que pueda rastrear el camino de regreso a la cordura y sobrevivirme.
A mi Xcafranda le tiene sin cuidado que yo la abandone en su anaquel protegido mientras yo me embarco en salvajes aventuras de las que regreso con el alma escoriada.
Pacientemente contempla mis excesos y acepta que a la segunda, trigésima, infinita vez lo incorpore a mis deseos, me adentre en su burbuja antes que en las aguas como quien penetra en la concavidad de un templo y cada mañana, en lugar de los buenos días, lo salude con un entusiasta «Hoy quiero que me dibujes…»