Antonio Ricaurte (1786-1814) nace en Villa de Leiva (Colombia), hijo y descendiente directo de activos participantes en la insurrección de los Comuneros de 1781, causa pre-independentista que marcó los sectores sociales progresistas de la época.
Estudió en el colegio de San Bartolomé de Bogotá entre 1799 y 1804 donde se instruyó en las nuevas ideas y corrientes filosóficas de la Ilustración y se vinculó al movimiento de intelectuales de Santafé de Bogotá junto a Nariño y Torres.
Entró en la administración colonial con el cargo de escribano de cámara y secretario del Tribunal de Cuentas del Virreinato. Más tarde ingresó a las fuerzas militares de la República de la Nueva Granada donde su carrera militar fue en ascenso participando en varias batallas, tanto en la Nueva Granada como en Venezuela durante los años 1812, 1813 y 1814 entre ellas las de La Grita, Carache, Niquitao y Taguanes.
En febrero de 1814, a raíz de la instalación del Cuartel General en San Mateo (Venezuela), Simón Bolívar lo comisionó junto a 50 soldados para el resguardo y protección del parque de armas, pertrechos y pólvora. El 25 de marzo ante el ataque de las fuerzas realistas muy superiores en hombres, armas y logística, Ricaurte optó por prender fuego a la pólvora y volarse junto a sus soldados antes que entregar la plaza.
Su legado histórico consiste principalmente en el concepto de unidad entre los pueblos de Colombia y Venezuela.
En su homenaje, la XI estrofa del himno nacional de Colombia dice:
“Ricaurte en San Mateo en átomos volando, deber antes que vida, con llamas escribió”
Bibliografía:
- “… Y Ricaurte se inmoló en San Mateo” (Edigraph, 1973) de Vinicio Romero