Hace un año, nos hacíamos eco en estas páginas de la desaparición del abogado y experto en nuevas tecnologías Bassel Khartabil, detenido en el 15 de marzo de 2012, primer aniversario de la sublevacion siria contra el opresivo régimen de Bachar el-Assad, por la sección 215 de la Seguridad Militar en el barrio de Mazzeh, en Damasco, en el marco de la oleada de detenciones con que el gobierno intentaba sofocar las numerosas manifestaciones que se sucedían a través del país, y desde entonces encerrado en algún calabozo de las terribles cárceles sirias.
Cuando ha pasado casi otro año, y en distintas ocasiones se ha dicho que le habían condenado a muerte, e incluso que ha sido ejecutado, de nuevo se alzan voces que reclaman al régimen de Bachar el-Assad su liberación o, al menos, alguna explicación acerca de lo que ha podido ocurrirle en este tiempo.
En octubre de 2016, el informe Netizen (ciudadanos del Net), que aparece cada semana en el digital Global Voices Advocacy, evocaba que se habían cumplido doce meses desde que Bassel Khartabil desapareciera de la cárcel siria donde hasta entonces permanecía detenido y recordaba que Bassel era un pionero del Internet sirio y un defensor de la libertad de expresión en cualquier medio de comunicación. Bassel creó la filial Creative Common Syrie y colaboró con Mozilla Firefox, Wikipedia y otras comunidades abiertas en línea; también fue el CTO (Chief technical officer) de Al-Aous, una institución editorial y de investigación dedicada a las ciencias arqueológicas y las artes en Siria. En 2012, la revista internacional Foreign Policy lo nombró como “uno de 100 mejores pensadores del mundo por insistir, contra toda esperanza, en una revolución siria pacífica”.
Según el Parlamento Europeo, la detención de Bassel formó parte de los esfuerzos del gobierno sirio para censurar, e incluso prohibir, el acceso a las comunidades digitales y ahogar la libertad de expresión en el país. Custodiado por las autoridades gubernamentales sirias desde su detención, en marzo de 2012, se le dio por desaparecido en octubre de 2015 cuando fue trasladado desde la cárcel de Adra, donde fue víctima de torturas y malos tratos, hasta algún lugar desconocido.
Un mes más tarde, su esposa, Noira Ghazi, recibió la llamada de un desconocido que le anunció que bassel había sido condnado a muerte. Desde entonces no ha tenido más noticias. Hace dos meses, Ghazi escribió en Facebook que empezaba a perder la esperanza de volver a ver vivo a su marido: “Mi vida se para con Bassel. Bassel no vuelve y cada día desaparece un poco más la esperanza de que vuelva… mantener la esperanza es algo hermosos, pero aferrarse a una ilusión es una enfermedad muy peligrosa. Probablemente debería aceptar que en mi futuro no estará Bassel…”.
El 24 de marzo de 2016, cuando se cumplían exactamente cuatro años de la detención de Bassel Khartabil, se preguntaba una vez más por su paradero Ifex.org (International Freedom of Expression Exchange) una red internacional de 71 organismos no gubernamentales que promueven la libertad de expresión como uno de los derechos humanos fundamentales, gestionada por Periodistas Canadienses por la Libertad de Expresión (CJFE) que tiene una “Oficina de Vigilancia” (Clearing House) en Toronto.
Pocos día antes, el 17 de marzo, era la oficina en Beirut de la ONG Human Rights Watch (HRW), la que se dirigía a las autoridades sirias, pidiéndoles la libertad inmediata del abogado y técnico informático y adjuntando la adhesión de 33 organizaciones internacionales – Res árabe de información sobre derechos humanos ANHRI), Asociación para el progreso de las comunicaciones APC, Amnistía Internacional, Alianza Mundial para la participación ciudadana CIVICUS, Electronic Frontier Foundation EFF, PEN Club inglés, Derechos Euromed EMRHN, Defensores de Font Line FLD, Centro del Golfo para los derechos humanos GCHR, Human Rights Watch HRW, Instituto Humanista para la cooperación con los países en desarrollo HIVOS, Red Iraquí de medios sociales INSM, Red Internacional de acción de la sociedad civil ICAN, Federación Internacional de ligas de los derechos humanos FIDH, Srrvicio Internacional para los derechos humanos SIDH, Asociación iraquí para la defensa de los derechos de los periodistas IJRDA, International Media Support IMS, Index sobre la censura, Fundación Jimmy Wales, Asociación Jordana Open Source JOSA, Avocats Rights Watch Canadá, Metro center para la defensa de los periodistas del Kurdistán iraquí, No hay paz sin justicia NPWJ, Pax para la paz, PEN Internacional, Reporteros sin Fronteras RSF, Fundación Samir Kassir, Forum Arabel para los derechos humanos SAF, centro sirio para los medios y la libertad de expresión, El futuro, Iniciativa tunecina por la libertad de expresión, Organización mundial contra la tortura OMCT, Centro de documentación de violaciones en Siria VDC- que manifestaban estar “seriamente preocupadas por su vida”.
En el comunicado de HRW se decía que, sobre la base de informaciones no confimadas de algunas fuentes locales, se teme que hubiera sido juzgado por un tribunal militar de campaña situado en el cuartel general de la policía militar en Al-Qaboun, en Damasco. “Estos trbunales son notorios por celebrar procesos a puerta cerrada que no respetan las mínimas normas internacionales”.
El 21 de abril de 2016, el grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre la detención arbitraria declaró que el caso de Bassel era una violación del Pacto Internacional sobre derechos civiles y políticos, y pidió su libertad a las autoridades sirias.
Hijo de palestinos, Bassel Khartabil es un abogado e ingeniero informático sirio de 34 años que estaba haciendo carrera en el desarrollo de programas. Antes de su detención había conseguido numerosos premios, entre ellos el Freedom Award Digital por promover un Internet abierto y libre. En 2015, cuando ya se había perdido su pista, el MIT le ofreció un puesto de investigador.