Bajo el lema #CarasDelCancerDeTiroides, las redes se llenan hoy de rostros que han padecido este cáncer y animan a los seguidores a compartir su foto en Internet. «No es un cáncer bueno», dice la Sociedad Española de Oncología Médica, (SEOM), ya que cada año se detectan unos 3.000 nuevos casos de cáncer de tiroides; 2.100 en mujeres y 900 en variones. Este aumento de la incidencia puede ser por factores cancerígenos ambientales, una dieta baja en yodo, la edad, y sobre todo factores hereditarios, así como por los métodos diagnósticos que cada vez son más precisos. Cuando el cáncer no es agresivo, antes no se localizaba fácilmente y el paciente lo desconocía podía morir sin saber de qué había fallecido.
Actualmente el sobrediagnóstico del carcinoma de tiroides lleva a los médicos a sobretratarlo, porque realmente el reto en este carcinoma es distinguir con certeza la enfermedad indolente y la agresiva.
El 90 % de los casos de tumores endocrinos se cura y la mortalidad se mantiene estable desde hace ya una década. La tiroides es una glándula situada en el cuello, delante de la laringe, cuya función es la producción de hormonas que intervienen en el metabolismo. Si tenemos un proceso cancerígeno no lo notamos y solamente apreciamos bultos, o nódulos sobre la garganta.
Según la SEOM, los cánceres de tiroides se dividen en papilar, folicular, medular y anaplásico. Normalmente con la cirugía es suficiente para tratar el cáncer además del tratamiento con yodo radiactivo y el tratamiento hormonal de forma que al suprimir la secreción de la hormona TSH se puede actuar como factor estimulante de las células cancerígenas. Si el cáncer no fuera operable o estuviera en una fase de metástasis, se utiliza quimioterapia y radioterapia pero no da buenos resultados por lo general. Actualmente el grupo más desarrollado es el de los inhibidores de tirosin-kinasa.
El cáncer de tiroides es una enfermedad por la que se forman células malignas en los tejidos de la glándula tiroides. Los nódulos tiroideos son comunes y si se encuentran no suelen ser cancerosos. No obstante, se recomienda que se observen y se vaya al menos una vez al año al endocrino para que mediante una ecografía tiroidea comprueben si han crecido o no los mismos y puedan realizar una biopsia de tiroides con aguja fina PAAF* para determinar si son benignos o no y de esa forma diagnosticar la enfermedad o el cáncer de tiroides.
(*PAAF: Punción de aspiración con aguja fina)