El caricaturista marroquí Khalid Gueddar ha recibido amenazas de muerte por lo que pide la protección policial. El motivo fue reproducir el dibujo que le costó la vida al periodista y escritor jordano Nahed Hattar, el pasado domingo en Ammán.
Khalid GueddarGueddar reprodujo en su cuenta de Facebook la caricatura en forma de homenaje póstumo y a partir de ahí recibió diferentes insultos y una clara amenaza de muerte, «tu destino es la muerte y la masacre, al ser un enemigo de Dios»
La polémica caricatura muestra a un miembro barbudo del Daesh en el cielo, dentro de una cama rodeado por dos mujeres y se dirige a Dios para decirle que le traiga más vino y que llame antes de entrar.
«La policía debe investigar y no puede dejar impunes estas llamadas al odio, la violencia y la muerte» solicitando que se proteja su integridad física apuntando que lo ocurrido puede asustar «a intelectuales y artistas». De hecho, hay movimiento en redes sociales marroquíes alentando a su asesinato como ya sucediera en el caso de la actriz Loubna Abidar, quien tuvo que trasladarse a Francia para seguir con su carrera artística.
El pasado abril Gueddar editó el primer semanario satírico de Marruecos, Baboubi, que sale en en dariya, o árabe marroquí.
Khalid Gueddar: Viñeta por la que fue denunciado.Sus problemas con el poder no vienen de ahora. El año pasado 2015 fue condenado a tres meses de prisión en Kenitra acusado de ir borracho por la calle, en lo que considera una condena política. También dibujó una caricatura en la que criticaba a un imam de quien se presume solicitó los servicios de una prostituta en una mezquita en Fez, que llevó a su detención en 2012.
Fue caricaturista anteriormente del diario marroquí Akhbar al Yaoum, que el 26 de septiembre de 2009 dibujó en primera página al príncipe Moulay Ismail, primo hermano del soberano, que se acababa de casar.
El periódico Akhbar al Yaoum fue cerrado por el Ministerio de Interior y su director, Taoufik Bouachrine, y Gueddar fueron acusados por la fiscalía de ofensa a la bandera nacional y de atentar contra el honor de un miembro de la familia real.