Después de 15 años, el Ministerio de Cultura chino ha levantado finalmente la prohibición de vender consolas para videojuegos. Una nueva ley, que entró en vigor el 12 de julio de 2015, autoriza la venta de ese tipo de aparatos tanto a las empresas chinas, como extranjeras, con la salvedad de que unas y otras deben firmar un acuerdo por el que asume n la responsabilidad en caso de que los funcionarios del ministerio encargados de la vigilancia descubran que incluyen contenidos censurados.
Los sistemas de valoración de juegos incluyen una guía para que las empresas analicen rigurosamente sus contenidos, por franjas de edad. Aunque en 2013 el gobierno chino simplifico el sistema de censura de los juegos, el sistema se mantiene con poca trasparencia y dudosa eficacia.
Según la información de Patrick Wong en el digital Global Voices, hasta ahora los videojuegos eran conocidos en China como “la heroína electrónica”, porque la propaganda oficial ha repetido hasta la saciedad que pueden poner en peligro la salud física y mental de los niños (teoría, por otra parte, compartida también por psicólogos y educadores occidentales).
En 2000, el Consejo de Estado, el Ministerio de Cultura y otros siete departamentos administrativos, estuvieron de acuerdo en prohibir la fabricación y venta de consolas en China porque “estos productos ponen a los jóvenes en serio peligro y turba el orden social”, razón por la cual “se decreta la prohibición de fabricar y vender dispositivos y accesorios para videojuegos en toda la nación.
La prohibición afecta a todos los ciudadanos y empresas. En caso de violación de las normas, los departamentos de Economía y Comercio, Industria de la Información y Administración Industrial y Comercial castigarán a ciudadanos y empresas de acuerdo con las normas vigentes”.
Sin embargo, continua el periodista, el decreto de 2000 nunca se demostró totalmente eficaz: consolas y juegos han entrado durante todos estos años en China, llegando tanto al mercado negro como a la plataforma digital Taobao y a algunas tiendas convencionales, donde se han vendido abiertamente productos llegados de Hong Kong, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, si bien muchos de esos productos de contrabando presentaban problemas, como el calentamiento de las consolas o la imposibilidad de leer algunos discos. Dado que unas y otros carecían de soporte técnico en el país, no había donde reclamar.
También han circulado juegos falsificados, que además tenían un precio muy inferior (hasta 30 veces menos).
En los últimos años, con la mejora del acceso a Internet y las conexiones rápidas, los consumidores de juegos online han aumentado exponencialmente en China. Según un informe de 2014 sobre la industria del juego en el país, el valor de los juegos online superó los 88.000 millones de dólares. En su informe de 2015 sobre los videojuegos en China, Niko Partners, un instituto de investigaciones de mercado en los países asiáticos, señala que solo en este año las ventas de la PlayStation 4 y la Xbox One han alcanzado un total de 550.000 unidades, “principalmente a causa de la ausencia de juegos chinos análogos”.