Este es el balance de una organización de trabajo, solidario y voluntario, dedicado a la defensa y promoción de los Derechos Humanos de víctimas de la represión por motivos políticos en México, con un carácter civil, autónomo, laico e independiente.
El ajetreado 2013 ha llegado a su fin. Durante su transcurso muchos de nosotros tuvimos la oportunidad de encontrarnos y trabajar de manera coordinada bajo objetivos o proyectos comunes que nos hermanan y lo seguirán haciendo.
El trabajo colectivo, la solidaridad y el compañerismo son factores que nos nutren y fortalecen para continuar con brío y esperanzas en el largo camino que supone nuestro trabajo. Por ello celebramos y hemos disfrutado de cada uno de los espacios en los que hemos podido unir fuerzas para abonar en el fortalecimiento del movimiento social que lucha por la realización plena de los derechos humanos.
Sin embargo, también hay que decir que en muchas otras ocasiones nos hemos tenido que encontrar o hemos coincidido debido a situaciones lamentables a causa de la represión social y el constante acoso en contra de los defensores de derechos humanos. El regreso del PRI ha traído ciertas modificaciones al ya de por sí complicado contexto que enfrentamos. Primero que nada se ha tendido un manto de silencio que intenta aparentar que la violencia en el país ha disminuido, sin embargo sabemos que no es así, por el contrario graves violaciones a los derechos humanos ocurren en todos los rincones de nuestro país de nuestro país. Muchas de estas terribles acciones están claramente dirigidas en contra de todos aquellos que de manera organizada utilizan su derecho a la protesta social para denunciar el arrebato de los derechos humanos que nos corresponden.
Una violación a los derechos humanos aún más silenciosa recorre y acecha cada uno de los rincones de nuestra patria: el paquete de reformas que Peña Nieto ha impulsado no hacen sino arrebatar lo poco que ha quedado tras sexenios de saqueo, corrupción y represión social. ¿Cuánta gente ha sido condenada a la pobreza extrema luego de las políticas de pauperización? ¿Cuánta gente sin acceso a una vivienda digna, a la educación, a una alimentación sana, a un trabajo digno y bien remunerado, a la salud enfrentará frío, hambre y miseria? ¿Cuánta gente enfermará y morirá a consecuencia de todo esto? ¿Cuánta gente estará presa, amenazada, desaparecida de manera forzada o será ejecutada de manera extrajudicial por atreverse a denunciar estos terribles hechos? ¿Cuánta gente más será reprimida tan sólo por atreverse a exigir al Estado que cumpla con la responsabilidad que tiene para con todos los mexicanos? La negación sistemática de los derechos humanos, de esas condiciones mínimas para una vida digna, en beneficio de las empresas y la inversión privada, en los hechos concretos, hace que la gente no pueda comer de manera adecuada, no pueda acceder a servicios médicos adecuados… no pueda vivir de manera adecuada, y esa es una violencia silenciosa que mata, mata de hambre, de enfermedades curables, mata de frío, mata de desesperación e impotencia.
Como si esto fuera poco, lo que ocurre en el Distrito Federal nos muestra que las políticas de sistemáticas violaciones a los derechos humanos no son un problema de un partido político o de una región geográfica determinada, sino de una estrategia mucho más amplia. Al mismo tiempo que se arrebatan las pocas condiciones de vida digna que teníamos y que se encarece la vida del pueblo trabajador, en el DF se han aprobado una serie de reformas que ya no sólo criminalizan el legítimo derecho humano a la protesta, sino que lo prohíben o restringen e incluso legalizan, justifican y legitiman el ataque en contra de aquellos que se atrevan a usar su derecho de expresión, manifestación y asociación para exigir al Estado que cumpla con su trabajo. Esto nos muestra, al igual que las terribles represiones en contra del movimiento magisterial en muchos de los estados de la República, que el Estado emprende una estrategia con dos grandes frentes: por un lado arrebatar los derechos humanos que nos corresponden al mismo tiempo que, por otro lado, construye las condiciones jurídicas para poder castigar a todo aquel que intenta oponerse a esta política injusta.
Perspectivas para 2014
Estos hechos y muchos otros nos hacen pensar que no podemos augurar un año tranquilo, por el contrario el 2014 exigirá mucho de cada uno de nosotros. En medio de este contexto creemos que es necesario seguir aportando al fortalecimiento del movimiento de derechos humanos en particular y del movimiento social en general del cual el primero forma parte, es necesario ayudar y aumentar sus capacidades para que puedan seguir exigiendo lo que es justo, para que puedan hacer frente a los golpes represivos con los que el Estado intentará acallarlos. En tanto que esto implica un trabajo difícil, consideramos que la solidaridad, la coordinación, la organización y la unidad son necesarias para enfrentar este reto. No es momento de darse el lujo de llamar a la desorganización o la división bajo objetivos particulares o grupales que no ayudan a enfrentar los momentos que vivimos. Es cierto que las políticas del Estado generan descontento espontáneo, mismo que se articula y llama a acciones coyunturales, sin embargo también es cierto que no basta con eso, que es necesario aportar para que esos descontentos se conviertan en esfuerzos permanentes, organizados y coordinados.
Sabemos también que en medio de estas complicadas tareas seguiremos encontrando el ejemplo y la tenacidad de muchísima gente que al vivir una injusticia no sólo decide luchar contra ella, sino que decide seguir trabajando contra todas las injusticias que aquejan a nuestro país. Sabemos que encontraremos a gente conocida y a otras nuevas, sabemos que nos identificará el hecho de asumir este compromiso irrenunciable, este trabajo incansable que implica la defensa y promoción de los derechos humanos. Estamos seguros de que nuevamente haremos fuerza y entereza de la solidaridad, el compañerismo y la hermandad que hemos podido y podremos construir; estamos seguros de que por medio de esa organización y coordinación seguiremos manteniendo el interés colectivo por encima de muchas otras cosas, seguiremos asumiendo que ningún fin justifica que utilicemos como medio el lucro, la ambivalencia, el oportunismo y la incongruencia. Estamos convencidos, pues, de que con las relaciones de solidaridad y fraternidad que hemos construido podremos alcanzar nuestros objetivos para este nuevo año.
Como siempre, queremos decirles a nuestros presos por motivos políticos, porque los presos son de todos, a todos aquellos que han sido víctimas de la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial, a todos aquellos que sufren de la represión y persecución del Estado que desde acá les mandamos un gran abrazo y la confirmación de que seguiremos trabajando por su libertad, de que seguiremos trabajando por la memoria, la verdad y la justicia, seguiremos trabajando por las garantías de no repetición. Ninguna de las víctimas de la represión política del Estado se encuentra sola, hay gente trabajando, luchando y resistiendo para que lo que les ha pasado a ellos no ocurra nunca más. Consideramos que lo mejor que podemos hacer por todos los que han ejercido sus derechos humanos y los han exigido hasta sus últimas consecuencias, por todos aquellos que aparte de las miles de cosas que deben hacer para sobrevivir donan tiempo, recursos, espacio, ayuda y solidaridad a nuestros proyectos, a todos aquellos que confían en nosotros… lo mejor que podemos hacer es comprometernos a mantener este esfuerzo incansable, recordarles que no nos doblegaremos, decirles que sabemos que vienen vientos difíciles pero lucharemos por afrontar de la mejor manera el trabajo y el compromiso que tenemos con el pueblo organizado.
Enlaces
- Comité Cerezo México: http://www.comitecerezo.org