Paul Petersen, estadounidense controlador regional republicano y abogado experto en adopciones, que según el diario británico The Independent había montado un próspero negocio de venta ilegal de niños en los estados Arizona, Utah y Arkansas, ha sido condenado a seis años de cárcel en Arkansas.
Para el negocio se aprovechaba de la desesperada situación en que se encuentran muchas mujeres de las islas Marshall donde, a causa del cambio climático, el nivel de las aguas crece «a un ritmo desenfrenado», y donde una parte de la población se está viendo obligada a huir.
Petersen gestionaba la llegada a Estados Unidos de mujeres procedentes de la islas que entregaban sus bebés a cambio de un puñado de dólares. En tres años, Petersen había llevado a cabo sesenta y dos «adopciones» con la pega, según el periódico británico, de que a las madres biológicas no les informaba de las características de la adopción, y ellas creían que podrían un día recuperar a sus hijos.
Petersen había hecho su agosto con el negocio, que le sirvió para adquirir varias residencias y automóviles de lujo.
Las islas Marshall son 180 kilómetros cuadrados de tierra perdida en el océano Pacífico que se encuentra en primera línea del cambio climático. Además de la subida de las aguas, que desde 1993 crecen 0.7 cm. al año, sus setenta mil pobladores pobladores tuvieron que enfrentarse a un ciclón devastador en 2015.
En un mensaje dirigido a la Asamblea general de la ONU en septiembre de 2020, el presidente del archipiélago, David Kabua, explicó que el motivo de que los habitantes estén abandonando el territorio es que su país cada vez alternaba más las mareas con sequías intensas que propiciaban la aparición de mosquitos portadores de virus de enfermedades. Además, añadía, muchas previsiones consideran que las islas Marshall podrían desparecer, tragadas por las aguas, hacia 2080.