Sitios web especializados de ajedrez han denunciado la grave situación que atraviesa la Real Federación de Ajedrez de Marruecos (FRME, siglas en francés).
El informe refleja la presunta malversación de fondos además del exilio de los mejores jugadores del país a otros donde pueden mejorar su estatus profesional.
Entre las graves acusaciones hacia la FRME, hechas públicas el pasado verano por los diarios marroquíes Al Masae y Assabah, se encuentran desde la desviación de dinero de unos 169 700 euros (200 000 dólares), hasta la suspensión de jugadores, clubes sin control, no presentar calificaciones en torneos… La situación ha desembocado en una denuncia del vicepresidente de la FRME, Said Jdiou y otros diez directivos del comité nacional contra el actual presidente, Mustafa Amazzal. Las quejas las han trasladado a la federación internacional, FIDE (siglas en francés).
Amazzal, quien lleva dos décadas en el cargo, ya recibió en 2007 un fallo contrario de la FIDE al intentar ilegalmente conseguir unos títulos de árbitros internacionales, lo que conllevó una sanción de dos años de suspensión del propio presidente, además de tres años a la federación marroquí para participar en los torneos de la FIDE, incluidos los congresos internacionales.
Entre los hechos denunciados ahora se encuentran la transferencia a una cuenta particular del presidente de dos millones de dírhams (179 000 euros) efectuada por el tesorero sin consulta, ni información previa al resto de miembros del comité de la federación. Amazzal también tardó un año en pagar a jugadores por el II Torneo internacional celebrado en Casablanca en 2015.
Además de las irregularidades financieras se encuentra el modo autoritario y arbitrario del presidente y la paradoja que, al ser inspector del Ministerio de Juventud y Deporte, es el que debe fiscalizar la labor de la propia FRME, o sea juez y parte. Además, cuenta con el apoyo del presidente de la Federación Árabe de Ajedrez, Ibrahim Al Bannai, de Dubai.
En cuanto a los ajedrecistas se puede citar a Mokhliss Al Adnani, campeón nacional en 2016, pero sufrió el bloqueo por la federación, que no le pagó el dinero que le correspondía, solo un 15 por ciento y siendo representante del club Raja Casablanca, solo recibió la mitad de la cantidad acordada por torneos ganados.
Posteriormente pide un traslado al club Chabab de Tetuán pero su transferencia es bloqueada desde la federación que pide que el nuevo club asuma la deuda monetaria que se le debe. La conclusión es que el jugador no firmó el traslado de club por lo que está sin club, lo que no le impidió ganar los torneos de Ifrane el pasado julio y Boujad en septiembre.
El mejor jugador marroquí y único con el título de gran maestro, el tangerino Hicham Hamdouchi (11 veces campeón de Marruecos) se instaló, estudió y compitió en Francia donde llegó a ganar el campeonato nacional en 2013, -aunque ahora se trasladó a Catar- al igual que otro jugador, Abdelaziz Onkoud, quien vive en París. Otros se ubicaron en países del Golfo Pérsico, Ali Sebbar, campeón marroquí en 2013 se encuentra en Emiratos Árabes Unidos, Ismail Karim en Omán y Mohamed Tissir en Bahrein.
La mayoría de jugadores prefieren olvidar y no abordar la situación de la corrupción en su país de origen por lo que toda esta situación ha desembocado en el estancamiento del ajedrez en Marruecos, en el que, además, no es un juego popular.
Un ejemplo ha sido el reciente campeonato africano juvenil celebrado en Egipto donde Marruecos ha ocupado la parte baja en la clasificación final. Entre los países árabes es claramente superado por Egipto y Argelia y entre los africanos le adelantaron Madagascar, Kenia y Liberia.