Normalmente cuando nos practican una analítica sistemática nos preocupan valores tales como el hierro, el colesterol o los triglicéridos. Nunca hemos reparado en la vitamina D hasta que un día el médico nos dice que la tenemos baja.
Aproximadamente un 60 % de los españoles tienen un déficit en vitamina D. Esta se sintetiza a través de la piel y solamente una pequeña porción proviene de la dieta rica en huevos, quesos, guisantes, leche, mantequilla, guisantes, etc. A pesar de ser un país con muchas horas de sol al año no existe una consciente exposición al mismo a lo largo de los meses y por tanto, es frecuente que siempre tengamos bajo este valor. Las personas que tienen este déficit suelen ser pacientes que provoquen su mala absorción entre los que se encuentran los celíacos, las personas con insuficiencia renal, los que toman corticoides, las embarazadas y los ancianos que salen poco de casa.
La vitamina D provoca cansancio, debilidad muscular en la parte inferior de la espalda y en las caderas. Estos síntomas son muy agudos cuando permanece muy baja durante mucho tiempo. Es conveniente tomar el sol todos los días acuerdo con los dictámenes del médico pero diez minutos en las palmas de las manos son aconsejables para todo el mundo. Asimismo es probable que le paute un suplemento de vitamina D preparado para tomar semanal, quincenal o mensualmente que podrá combinarse con una ingesta de calcio para su absorción. Si estos niveles no se controlan a los 3 o 6 meses no sabremos si están regulados los mínimos y por tanto, pueden seguir los síntomas durante más tiempo. Es posible que exista una intoxicación de vitamina D por tanto, no la tome si sospecha que la tiene baja. Debe comprobarlo mediante una analítica y la pauta de su ingesta debe prescribirla siempre un médico.