Al día siguiente ya nada vuelve a ser como antes. Tras la denuncia del familiar desaparecido, tras años de investigación, muchos casos quedan sin ser resueltos; tantos, que nos seguimos preguntando qué fue de ellos, dice uno de los familiares de un niño desaparecido. Personas que caen en el olvido de la Administración porque ya nadie les busca.
Algo más de 12 000 personas han desaparecido en España sin dejar rastro, y sus familias, rotas por el dolor y la angustia, siguen reclamando justicia; piden al Gobierno que no caigan en el olvido, que se sigan investigando las causas que tras los años ya están archivadas por falta de datos, o porque el protocolo de la investigación no da para más.
El informe de las personas desaparecidas en España de 2019 contiene los datos estadísticos registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en todas las comunidades autónomas de España y dan cuenta del registro del centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), que se reguló hace dos años.
A estos datos se suman los casos de denuncias de niños menores de edad que tampoco tienen pistas sobre ellos. Según el informe de Missing Children Europe (MCE), cada dos minutos desaparece un niño en España; cifra que no es baladí si hablamos de las 176 063 denuncias que se han realizado y tan solo 12 330 permanecen activas, lo que supone un 7 % total de denuncias registradas. En relación a las desapariciones en su conjunto, el 58 % de ellas son de varones, frente al 42 % que corresponden a mujeres.
Es significativo destacar que, en la distribución territorial, Andalucía y Cataluña son las dos comunidades con más denuncias registradas, y Madrid y Barcelona, las que tienen más desapariciones.
El Ministerio del Interior ha puesto en marcha un nuevo protocolo de actuación mediante el cual aconsejan a las familias a no esperar 24 horas hasta que se pone una denuncia por desaparición. En el momento que se constate que esa persona no ha regresado, aunque sea mayor de edad, hay que dar cuenta a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Cada 9 de marzo las familias de las personas desaparecidas en España se reúnen en Madrid para reivindicar más recursos, para que sus respectivos seres queridos dejen de ser invisibles para la sociedad. Casos que por el devenir se publican en redes, se comparten, pero no son mediáticos y no calan en la sociedad.
Hay que recordar que el 116 000 es el número que dispone la organización MCE de la Unión Europea para proveer de apoyo emocional, social y psicológico a aquellas personas que lo necesiten tras denunciar un caso. En Europa hay 32 países que ofrecen este servicio y, de igual forma, existe la figura del mediador de frontera para secuestros parentales que puedan llevarse a cabo. Niños que se escapan, niños que se fugan de centros de acogida o niños secuestrados por alguno de sus progenitores pueden representar hasta el 60 % del total de los descritos.
Personas que no están muertas porque no lo sabemos, dicen los familiares, personas que no sabemos dónde están, personas olvidadas que no permiten que sigamos viviendo como antes, declara otro en la manifestación. Hay un antes y un después de aquel día; bien porque no aparece, bien porque aparece muerto, o bien porque cuando regresa esa persona queda marcada para siempre. Nada es como antes…añade.