Una atención especializada, un asesoramiento correcto y una guía como manual, serán las herramientas con las que tanto la policía como la guardia civil dispongan, a la hora de atender a personas con discapacidad intelectual que han sido objeto de abusos, delitos u otras agresiones.
La prevalencia de delitos contra estas personas es diez veces superior a la de la población general y el aumento ha sido espectacular en los últimos siete años. De 7 casos a 240 presentados por estas personas o sus familias. El objetivo de esta guía es prestar una ayuda a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y darles herramientas suficientes para tratar con las víctimas de discapacidad intelectual que denuncien de forma que se sientan amparadas, protegidas y sobre todo asesoradas en el proceso judicial para lograr la condena de sus agresores.
La identificación de las víctimas no siempre es posible y tampoco rellenar papeles, trámites y otros asuntos que hacen que la agresión quede sobreseída en la mayor parte de los casos.
«Lo que buscamos es que cualquier agresión a personas con discapacidad no quede en la impunidad y dejen de ser presas fáciles de gente sin alma», ha subrayado el ‘número dos’ de Interior en declaraciones a los medios, a los que ha indicado que durante mucho tiempo ha sido «prácticamente imposible» perseguir a estos delincuentes y condenarles por la «dificultad probatoria» de los hechos denunciados.
Hasta ahora los casos eran atendidos por la Unidad de Atención a Víctimas que responden a los abusos sexuales cometidos también dentro del seno familiar. Las personas con discapacidad intelectual siguen siendo un colectivo en exclusión que les hace vulnerables y proclives a sufrir acoso, según ha apuntado la presidenta de la Fundación A la par, Almudena Martorell.
Es importante también que a la hora de denunciar esté apoyada la persona con discapacidad y si es sorda, tenga disponible una ínterprete en lengua de signos, si no ve bien, que alguien le lea el texto y si su comprensión es baja que el facilitador le ayude a transcribir los hechos a un papel.
La guía facilitará a las fuerzas de seguridad del estado a abordar, investigar e identificar a los agresores con la obtención de testimonios que constituyan a la hora de la denuncia, una prueba formal y que se siga y persiga al agresor.