Tras haber sido publicado el Informe Olivenza 2017 sobre la situación general de la discapacidad en España, editado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad, el Comité Español de Representantes de personas con discapacidad (CERMI), han verificado que más del 60 % de los jóvenes con discapacidad está actualmente en paro.
El colectivo, considerado, «poco integrado» dentro del mercado laboral, apunta que una de cada tres personas con discapacidad, es laboralmente activa; es decir, 1.173.000 personas, lo que supone que en comparación con los datos de desempleo entre la población en general, la diferencia es del 44 %. Si a estos valores se le suman que son mujeres con discapacidad o personas con discapacidad y esta es mental, las cifras alcanzan datos realmente preocupantes.
Si además, le añadimos que la tasa de abandono escolar una vez diagnosticada la discapacidad es del 43, 2 %, el porcentaje de jóvenes con discapacidad alcanzaría el 63,5 %.
El documento cifra en 1.774.800 el número de personas con discapacidad en edad activa que hay en España que actualmente están en paro, lo que supone el 5.9 % de la población. Este número de personas que oscila entre los 16 y los 64 años tiene reconocido al menos un grado de discapacidad igual o superior al 33 % y casi, 400.000 pensionistas de la Seguridad Social, tienen una pensión por incapacidad reconocida.
El estudio asimismo, desvela la tendencia cada vez mayor a la temporalidad en el empleo y la falta de medidas para fomentarlo dentro del colectivo de personas con discapacidad. Las mayores tasas de empleo se registran en Madrid y País Vasco; frente a las más bajas, Extremadura y Galicia. La importancia de la formación sugiere que podría ser la variable para acceder al mercado laboral y por tanto, una ayuda para que los jóvenes se aproximen a los datos de empleo de sus iguales sin discapacidad; algo que actualmente está muy lejos de la realidad en España.