Un artículo en voltairenet.org denuncia papel de las iglesias evangélicas dentro de la política USA hacia el mundo árabe
La Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC) saca en portada en su web, que dirige Claudia Florentín, un artículo publicado esta semana por el sitio www.voltairenet.org, bajo el título de “Las iglesias evangélicas y el juego de Estados Unidos en el mundo árabe”, expresa que, “desde 1947, numerosos jefes militares y dirigentes políticos estadounidenses, entre ellos los Bush, pertenecen a un grupo evangélico secreto llamado “La familia”, cuya sede se encuentra cerca del Pentágono, en la propiedad de los cedros”; organización que, “luego de aliarse al Vaticano en América Latina en contra de la teología de la liberación, dirige hoy una doble ofensiva contra católicos y musulmanes”.
El politólogo Charles Saint-Prot, afirma que de ella provienen, también, los principales personajes de la dirección política de Estados Unidos y extiende su influencia por el mundo mediante misioneros. Previo a participar en el coloquio Axis for Peace, hace un análisis de la estrategia de ese grupo evangélico en el mundo árabe, donde, según él, el extremismo religioso, es decir, la manipulación de la religión en función de cumplir objetivos políticos, se ha convertido en un fenómeno esencial para las estrategias militares en el Cercano Oriente, cuando ciertos sectores y muchos medios masivos de difusión aluden constantemente al Islam como el culpable de tales problemas, mas no mencionan cómo las iglesias protestantes contribuyen a agravar el conflicto empujando a esas naciones a un choque de civilizaciones.
Plantea el autor del artículo que ya se conoce la importancia que la iglesia evangélica, conocida como “revivalista”, adquirió en Estados Unidos sobre la política durante la administración de Bush. “Se sabe también que los miembros de esa iglesia son los más fervientes defensores de Israel y que rechazan toda concesión territorial a los palestinos”, afirma y escribe que los evangélicos inscriptos en la vertiente de los cristianos sionistas (grupo fundamentalista protestante aparecido a finales del siglo XIX), pretende hacer ver que la institución de un Estado israelí forma parte de la profecía bíblica y no se limitan a dar un apoyo moral a Israel, sino, además, dan su dinero para financiar la partida de judíos de Rusia y Ucrania hacia ese país.
Un dato importante que ofrece el artículo: afirma Saint-Prot que, según el rabino Yechiel Eckstein, quien dirige una de las principales agencias para recolectar fondos destinados a ese país entre los evangélicos estadounidenses, su organización recogió, en siete años, la respetable cifra de 100 millones de dólares estadounidenses, mientras que en octubre de 2003, extremistas sionistas y evangélicos se reunieron en el hotel Rey David, de Jerusalén, “en presencia de Richard Perle –a la sazón presidente del Consejo para la Política de Defensa del Pentágono e influyente consejero de George Bush II– y de varios ministros del gobierno de Sharon, a fin de celebrar lo que se ha llamado “el surgimiento de la Jerusalén celeste, que tendrá lugar después de la destrucción del Islam”.
Refiriéndose a dicha corriente evangélica, también plantea que la misma afirma contar con más de 70 millones de fieles en Estados Unidos y de disponer de cientos de miles de “pastores-propagandistas” pagados, la cual se extiende ampliamente, además, por América Latina (y cita a la Evangelical Union of South America, principalmente en Brasil donde se dice que cuenta con 30 millones de adeptos), además de Japón, África, Europa e incluidas la India y China, donde es menos conocido el papel de los evangélicos estadounidenses hacia el mundo árabe.
“Es notorio que la Casa Blanca, el Congreso y la CIA siguen y favorecen con gran interés la expansión de las iglesias evangélicas. El odio que estas profesan al Islam, al igual que su desprecio por los cristianos árabes, hacen de ellas el instrumento favorito de la política estadounidense tendiente a ocasionar la ruptura en el seno del mundo árabe para lograr organizar un “Gran Medio Oriente”, enteramente sometido a la influencia de Washington y de sus aliados israelíes”, resume el artículo y reseña la acción de las iglesias evangélicas en las campañas “tendientes a asociar Islam y terrorismo, o sea asociar esa religión con ‘el eje del mal’”.
http://www.alcnoticias.net/interior.php?codigo=24565&lang=687