El hispanismo en China se enfrenta a un desafío crucial: la escasez de profesores capacitados para enseñar español, debido al rápido aumento en la demanda del idioma en el país.
Durante la reciente edición de la Tribuna del Hispanismo organizada por el Instituto Cervantes, expertos en estudios hispánicos destacaron la necesidad urgente de encontrar más docentes ante el crecimiento exponencial de alumnos interesados en aprender español, impulsado por factores como el turismo y el intercambio cultural.
Durante la vigésima edición de la Tribuna del Hispanismo, organizada por el Instituto Cervantes en Madrid, varios hispanistas chinos participaron en una mesa redonda para discutir la situación actual del español en China.
La mesa contó con la participación de Lu Jingsheng, de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái; Lu Yun, de la Universidad de Zhejiang; Fan Ye, de la Universidad de Pekín; y la directora del Instituto Cervantes de Shanghái, Inmaculada González Puy.
Carmen Noguero, secretaria general del Instituto Cervantes, junto con el embajador chino en España, Yao Jing, inauguraron el foro. Durante su intervención, Yao Jing destacó el creciente interés por el español en China, y cómo su gobierno está comprometido a apoyar la labor del Instituto Cervantes en el país.
Según el embajador, «la lengua española es un idioma que está desarrollándose y cada vez tiene mayor importancia en el mundo», lo que ha contribuido al incremento de la demanda de aprendizaje del español en China.
El auge del español en China y la falta de profesorado
El creciente interés por el español en China se ha reflejado en el incremento de matrículas en las universidades y escuelas del país.
Según datos compartidos por Lu Yun, el número de estudiantes de filología hispánica ha alcanzado los 20.000, lo que ha generado una gran demanda de docentes. Sin embargo, la escasez de profesores capacitados se ha convertido en un obstáculo importante.
En palabras de Lu Yun, «en el país asiático hay únicamente 882 profesores, cuando se necesitarían al menos 1423 para cubrir la demanda actual». Este desajuste ha complicado el desarrollo óptimo de los programas educativos en español.
Inmaculada González Puy explicó que, debido a las restricciones de contratación de profesores extranjeros impuestas por el gobierno chino, la mayoría de los docentes deben ser locales.
«El porcentaje está en torno al 80 por ciento de profesores chinos y un 20 por ciento de docentes invitados de países hispanohablantes», detalló González Puy, señalando que las universidades no pueden absorber la cantidad de profesores extranjeros necesarios para cubrir la demanda.
La enseñanza del español en China
El interés por el español no se limita únicamente a las universidades. Según Lu Jingsheng, «la enseñanza del español ha experimentado un auge en los últimos cinco años, tanto en educación media como en colegios».
Sin embargo, a pesar de este crecimiento, la oferta de profesores sigue siendo insuficiente para atender el volumen de estudiantes, lo que supone un reto considerable para el sistema educativo chino.
Fan Ye, de la Universidad de Pekín, agregó que, además de la enseñanza del idioma, los programas académicos están orientados a promover un conocimiento más profundo de la cultura hispanohablante.
Fan Ye explicó que en su universidad los grupos de alumnos son muy reducidos para maximizar el impacto del aprendizaje. «Para el aprendizaje del idioma, un grupo minúsculo es mejor», afirmó, resaltando que el tamaño reducido de los grupos permite una mayor interacción y comprensión cultural.
Diferencias lingüísticas entre el español y el chino
Un aspecto destacado durante la Tribuna fue la complejidad que representa la enseñanza del español a estudiantes chinos debido a las diferencias lingüísticas entre ambos idiomas.
Lu Jingsheng señaló que el español y el chino comparten muy poca similitud en comparación con otros idiomas occidentales. Mientras que el español tiene una similitud de más del 90 por ciento con el portugués y casi un 50 por ciento con el inglés, la similitud con el chino es apenas del uno por ciento.
Esto añade una barrera adicional para los profesores, quienes deben estar altamente capacitados para enseñar de manera efectiva a los estudiantes chinos. «Se necesita gente muy preparada porque las diferencias lingüísticas y culturales entre los dos idiomas son muy grandes», subrayó Lu Jingsheng.
Las diferencias gramaticales también suponen un reto. Por ejemplo, Lu Jingsheng explicó que en chino es posible construir oraciones como «yo querer tú mañana venir», sin necesidad de marcar género o número, lo que contrasta fuertemente con la complejidad gramatical del español.
Esto obliga a los profesores a ser no solo expertos en la lengua, sino también en las técnicas pedagógicas adecuadas para superar estas barreras.
El auge del español en China representa una oportunidad única para fortalecer los lazos culturales y educativos entre el país asiático y el mundo hispanohablante. No obstante, el desafío de encontrar suficientes profesores capacitados sigue siendo un obstáculo significativo.
Para superar este reto, será crucial fomentar la formación de docentes locales y mantener el apoyo gubernamental y académico que ha permitido que el español continúe su expansión en el gigante asiático.