El mundo de la restauración y especialmente los establecimientos con más experiencia en responder a las necesidades de celebraciones familiares, de grupos de amigos, grupos de empleados o a iniciativa de las propias empresas, está ya trabajando en la organización de la oferta de menús para las próximas navidades, con el objetivo de poder adaptarse a todo tipo de presupuestos y necesidades.
Es el momento, por lo tanto, para aquellos que asumen tradicionalmente la organización de una comida o cena de confraternización entre colegas, de empezar a organizarla teniendo en cuenta que para alcanzar el éxito y que perdure un recuerdo agradable debe tener presente que no es fácil conjugar los deseos de grupos heterogéneos, y que prever soluciones resulta más gratificante que resolver problemas “a mantel puesto”.
Si por consenso eres la persona elegida se deberá a que el año anterior conseguiste una satisfacción generalizada entre los compañeros de trabajo, o lograste el mejor acuerdo con el restaurante, y no querrás defraudar en esta ocasión.
La primera decisión a tomar debe ser la elección de la fecha evitando la víspera del fin de semana porque los padres tienen que mantener las rutinas establecidas con los hijos en edad escolar u otros compromisos familiares que trae la Navidad. Resuelve esta cuestión y reserva tu espacio cuando las agendas de los establecimientos de restauración aun están casi en blanco.
La recomendación anterior es todavía más necesaria si trabajas en una gran ciudad ya que, por ejemplo, los mejores restaurantes de Madrid hacen reservas prácticamente de un año para otro debido a la calidad del servicio que prestan.
Al hacer esta reserva será necesario, además, haber decidido si organizarás un almuerzo o una cena, si se servirá sentados en una mesa o tipo buffet, o si se busca un marco diferenciado como puede ser una sala de música o un karaoke.
Son elementos de la decisión que se habrán tomado en función del presupuesto que se dedique habitualmente y por la experiencia de años anteriores.
Y al hacer la reserva, a no ser que se conozca previamente el local, habrá que ir en persona para confirmar que el espacio coincide con la cantidad de personas que participarán. Además, si la fiesta se celebra en una sala, también habrá que elegir un proveedor de catering.
Respecto a la composición de la comida, lo recomendable es incluir tres o cuatro opciones de entrantes y platos para que se pueda elegir según las preferencias personales, o que personas con limitaciones por alimentos o alergias no queden desatendidas; y para los postres, lo seguro es optar por una variedad de dulces variados. Una buena encuesta a tiempo permite determinar estos detalles y los restaurantes suelen responder actualmente a este tipo de requerimientos, incluso facilitando elegir entre varios menús.
En cuanto a las bebidas, lo tradicional es colocar sobre la mesa un vino tinto y un vino blanco, agua con y sin gas y servir con los postres un cava, además de café, té o infusiones para el final de la comida.
Pero en sitios especializados recomiendan directamente escoger restaurantes que ofrezcan barra libre de bebidas, además de las consumidas en la comida o cena, porque tanto si se tiene en cuenta el periodo previo de aperitivos mientras se completa el grupo, como si posteriormente se alarga de forma festiva y se toman varias bebidas, el precio final puede dispararse; y también se evitan comentarios sobre lo que pueda tomar cada uno. Por ello, aunque el presupuesto suba algunos euros, sostienen que es preferible escoger un restaurante que incluya la bebida ilimitada en el menú.
Estos son nuestros consejos, y solo queda que el resultado de todas las gestiones sea satisfactorio y el año próximo tus colegas te renueven la confianza.