El despertar de Jorge Fernández Díaz.
El ministro del Interior y sus oraciones forman un binomio que empieza a surtir efecto con respecto a la inmigración en Ceuta y Melilla.
Las fronteras son el límite de los sueños de un ministro, ya que en el salto de la valla de sus sueños quizá pretenda hablar con alguna virgen extranjera en territorio no nacional, ¡¿qué digo yo hablar?! No, no ¡¡condecorarla!!
Pero, como la oración y el sueño van de la mano, ante el desvelo igual contó ovejas… En cualquier caso, su ángel de la guarda parece prevenirle…
Adivinen ¿para quién será la próxima medalla al mérito?