La pequeña localidad alemana de Löberitz cuenta desde hace más de quince años con un Museo de Ajedrez, ubicado en una reformada casa solariega, que dispone de una colección considerable de libros de ajedrez.
La biblioteca, que significativamente lleva el nombre de Teresa de Ávila, la patrona de los ajedrecistas españoles, alberga más de 5300 volúmenes, por lo que se considera la más grande dedicada al ajedrez del este de Alemania.
También se pueden admirar en sus salas sellos y matasellos de ajedrez, imágenes y gráficos; banderines y medallas; numerosos relojes, en todas las formas y colores, desde ejemplares económicos hasta los de lujo e incluso dos grabados del siglo diecinueve del pintor británico Antoine Gaymard (1878-1916).
Pero una gran atracción son los numerosos tableros existentes, algunos con tres siglos de antigüedad. Recientemente ha recibido algunos valiosos tableros donados por Peer Wuschner, un coleccionista de Köthen. Por razones de espacio, tuvo que deshacerse de las piezas, y ahora han encontrado un nuevo hogar en el museo del ajedrez.
Entre las nuevas donaciones, dos docenas de tableros provenientes de distintos países del mundo. Hay un juego con figuras de bronce de la India, otros en blanco y negro del Tirol, Europa del Este o África. La mezcla de figuras de esteatita toscamente pulidas, hasta otros diseños hechos de porcelana, e incluso un tablero de gran tamaño que tiene un llamativo brillo mate, hecho de cuero de búfalo, procedente de África.
El director del museo de Löberitz, Konrad Reiss, señala que son «juegos de ajedrez únicos. Artesanías raras, piezas únicas». Entre ellos uno asiático, tallado en marfil, proveniente de China: «Las piezas están hechas a mano, no tienen precio», apunta.
La colección incluye alrededor de cuatrocientos juegos, los más antiguos tienen más de trescientos años y son reflejo de su tiempo. También hay curiosidades como un juego estilo Bauhaus, versión en 3D o con la figura de la excanciller Angela Merkel.
Reiss fue presidente del club local de ajedrez, Schachgemeinschaft 1871, durante muchos años. Luego, con la colaboración del club, fundó el museo el 1 de junio de 2007 coincidiendo con el ochocientos aniversario de la localidad. Con el tiempo acumuló una extensa biblioteca que dedicaron a Santa Teresa de Ávila e incluso trajeron una figura de ella desde la ciudad castellana.
«Probablemente tenemos la colección de libros de ajedrez más grande del este de Alemania», reitera Reiss. Un total de más de 5300 volúmenes cuidadosamente ordenados en los estantes, además de 120 periódicos (entre ellos, ‘Schach’ desde 1947) y crónicas ajedrecísticas desde 1871 encuadernadas en 38 volúmenes.
Como curiosidad hay libros, además de alemán, en chino, inglés, francés, italiano, español, croata, letón, holandés, portugués, rumano, ruso, sueco, serbio, checo y húngaro. Muchos están firmados por diferentes grandes maestros.
También se exhibe la que fue primera computadora de ajedrez de la extinta República Democrática Alemana (1949-1990).
El museo está abierto los martes de 9.00 a 12.00 horas y los viernes de 17 a 19.00 horas. El resto de días se necesita cita previa. De momento, no tiene acceso para discapacitados, si bien, en general, el número de visitantes es limitado.
La localidad, de poco más de mil habitantes, pertenece al municipio de Zorbig, en el distrito de Anhalt-Bitterfeld (estado de Sajonia-Anhalt) y tiene una larga tradición ajedrecística. Su club de ajedrez se fundó en 1871 en la posada ‘Zur Weintraube’ (fundada en 1790), siendo uno de los más antiguos de Alemania, de hecho, participó en la creación de la Federación Alemana de Ajedrez (DSB) en 1877 en Leipzig.
En 1996 el club recibió una insignia y reconocimiento federal por parte del entonces presidente alemán, Roman Herzog (1934-2017). El equipo femenino consiguió recientemente el ascenso a la Primera Bundesliga Femenina.
Como curiosidad, en este club juega desde hace veinte años la actual directora general de FIDE, la letona Dana Reiznice-Ozola, quien donó al Museo la camiseta con la que ganó en la Olimpiada de Bakú de 2016 a la campeona mundial, la china Hou Yifan.
Esta situación de Löberitz contrasta con el también alemán Museo del Ajedrez en Ströbeck, que se incendió en 2019 y que no ha recibido financiación en los proyectos aprobados en el Bundestag (Parlamento federal). Incluso si el gobierno federal hubiera aprobado la financiación solicitada de 3,5 millones de euros, el municipio habría tenido que sumar otros 875.000 euros como su propia contribución, lo que habría sido otro desafío.
Hay que aclarar que el Museo de Ajedrez del llamado pueblo del ajedrez, Ströbeck, es público, el único en toda Alemania, mientras que el de Löberitz es privado. No obstante, los responsables de este último no ven competencia entre ambos, ya que sus objetivos «son completamente diferentes».
Por otra parte, en Alemania, se ha hecho pública una reciente encuesta sobre 1073 encuestados, que mostraba que un 53 por ciento sabía jugar al ajedrez y otro 37 por ciento había oído y tenía unos mínimos conocimientos sobre el juego, en total un 89 por ciento.
En cuanto a los tramos de edad, el 64 por ciento de la franja entre 18 y 24 años es el que más juega habitualmente; de 35 a 44 años, el 53 por ciento; de 25 a 34 años, el 48 por ciento; de 45 a 54 años, el 47 por ciento y finalmente la franja de mayores de 55 años es la que menos juega con asiduidad, el 45 por ciento.