El periodista marroquí Omar Radi fue sentenciado por la Cámara de Primera Instancia de Casablanca este 19 de julio 2021 a seis años de prisión por recibir «financiación del extranjero», «atentado a la seguridad del estado», «violación» y «atentado al pudor».
También se ha condenado al periodista Imad Stitou por «participación a un atentado al pudor de una mujer con violencia» a un año de prisión.
Además ambos deberán pagar 200.000 dírhams (18.890 euros) a la denunciante.
El veredicto ha tardado casi un año ya que están en prisión desde el 29 de julio de 2020.
El periodista negó las acusaciones acusando a la Fiscalía de «parcialidad» además de entregar «datos incorrectos» al Tribunal y no haber presentado «ninguna prueba», mientras el público presente en la sala irrumpía en protestas por la dura sentencia.
Radi estaba acusado de espionaje y de atentar contra la seguridad del Estado, y en otro caso, de violación. El único testigo de la supuesta violación, el también periodista Imad Stitou, declaró a su favor, siendo encausado, varios meses después, por «complicidad» y ahora condenado.
El periodista de investigación Omar Radi era muy crítico con el régimen, destapando casos de corrupción, e incluso fue espiado por el régimen por el conocido programa espía NSA Group, del que este lunes se han ofrecido más detalles de los informadores y activistas espiados en diferentes países.
La dura sentencia se hace pública apenas diez después de la condena al periodista Souleiman Raissouni, quien prosigue su huelga de hambre que ha cumplido ya cien días, aunque las autoridades penitenciarias marroquíes la niegan e incluso han difundido un video de 36 segundos para desmentirlo, aunque no tiene fecha, y donde usa una muleta. Según señalan desde la prisión, consume miel y aceite de oliva. El video ha causado indignación por no respetar con su intimidad personal.
En ambos casos se ha producido una amplia solidaridad, mantenida en el tiempo, por parte de diferentes oenegés marroquíes e internacionales, desde Reporteros sin Fronteras (RSF), Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW), distintos manifiestos solidarios, incluidos desde España, e incluso motivó las críticas del departamento de Estado de Estados Unidos hacia la libertad de prensa en Marruecos.