El plan de paz Kushner – ¿un contrato de compraventa?

Y la luz se hizo. Apenas cuatro días antes del inicio de la conferencia económica de Bahréin impulsada por la Administración estadounidense, la Casa Blanca ha decidido desvelar algunos detalles del plan de paz para Oriente Medio elaborado por el yernísimo del Presidente, Jared Kushner, que el propio Trump no dudó en tildar en su momento de Acuerdo del siglo.

jared-k.01-350x197 El plan de paz Kushner - ¿un contrato de compraventa?Kushner compareció ante las cámaras de televisión para bosquejar las líneas maestras de su proyecto, que consiste en la creación de un fondo dotado con 50.000 millones de dólares destinados al desarrollo, durante un período de diez años, de infraestructuras económicas y empresariales en la región del conflicto. Más de la mitad de los fondos – unos 28.000 millones – se destinará a Cisjordania y la Franja de Gaza, 9.000 millones irán a parar a Egipto, 7.500 serán para Jordania y 6.000 para la economía de Líbano.

Donald Trump espera que otros países, principalmente los estados ricos del Golfo y los inversores privados, se hagan cargo de gran parte de los costes del proyecto.

El plan de acción contempla 179 proyectos industriales y comerciales, recordándonos extrañamente la interminable lista de objetivos prioritarios establecida por la Conferencia de Paz de París. Pero la reunión celebrada hace años en la capital francesa no emanaba de una iniciativa norteamericana.

Con la mentalidad de promotor inmobiliario heredada de su padre, Charles Kushner, el yernísimo cree que el mero hecho de repartir millones a los gobernantes de la región mezo oriental logrará sentar las bases de una paz duradera. ¿Simple contrato de compraventa? La descabellada idea cuenta con el aval de uno de los incondicionales aliados de Trump, el príncipe saudita Mohammed Bin Salmán. Para el heredero de la Corona saudí, el dinero lo soluciona todo.

No es esta la opinión de la mayoría de los políticos y académicos de la zona. En efecto, para la Autoridad Nacional Palestina, el plan Kushner equivale a una nueva Declaración Balfour. De colosal pérdida de tiempo, tachan los iraquíes la iniciativa de la Casa Blanca; es una idea de promotores inmobiliarios, no de políticos, estima en analista egipcio Gamal Fahmi, un proyecto económico, sin fundamento político, escribe la prensa libanesa, un crimen histórico , añaden los medios afines al movimiento radical islámico Hezbollah. Un plan que sólo beneficia a los enemigos de los Estados Unidos en la región, comenta la prensa árabe de Londres, aludiendo concretamente a… Irán.

Detalle significativo: el Acuerdo del siglo no contempla la creación de un Estado palestino. La cuestión de la soberanía brilla por su ausencia. Hay quien estima que el equipo de Kushner desplegó inestimables esfuerzos para domesticar a los palestinos, inmaduros para fundar un Estado propio. El embajador norteamericano en Israel, David Friedman, asegura que su país no apoyará el establecimiento de un nuevo Estado. Lo último que necesita la región es un Estado Palestino fallido entre Israel y el río Jordán, asevera el diplomático.

En las últimas horas se supo que una delegación empresarial israelí participará en la cumbre de Bahréin. También estarán presentes algunos empresarios palestinos y… políticos exiliados, acérrimos detractores del Gobierno de la ANP.

Entre los participantes figuran también emisarios del antiguo jefe de los servicios de seguridad de la Franja de Gaza, Mahmúd Dahlan, controvertido personaje al que se le tildaba, con o sin razón, de hombre de la CIA en la Administración palestina. Más claro…

Adrian Mac Liman
Fue el primer corresponsal de "El País" en los Estados Unidos (1976). Trabajó en varios medios de comunicación internacionales "ANSA" (Italia), "AMEX" (México), "Gráfica" (EE.UU.). Colaborador habitual del vespertino madrileño "Informaciones" (1970 – 1975) y de la revista "Cambio 16"(1972 – 1975), fue corresponsal de guerra en Chipre (1974), testigo de la caída del Sha de Irán (1978) y enviado especial del diario "La Vanguardia" durante la invasión del Líbano por las tropas israelíes (1982). Entre 1987 y 1989, residió en Jerusalén como corresponsal del semanario "El Independiente". Comentarista de política internacional del rotativo Diario 16 (1999 2001) y del diario La Razón (2001 – 2004). Intervino en calidad de analista, en los programas del Canal 24 Horas (TVE). Autor de varios libros sobre Oriente Medio y el Islam radical.

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