El Premio Nobel de la Paz 2020 fue otorgado este viernes 9 de octubre de 2020 al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), para reconocer su labor contra el hambre en la prevención de conflictos, anunció en Oslo el comité que otorga anualmente el galardón en esta capital.
Berit Reiss-Andersen, presidenta del comité, dijo que el PMA fue reconocido «por su contribución a la mejora de las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos y por su actuación como elemento impulsor en la prevención del uso del hambre como arma de guerra y de conflicto», informa IPS.
El PMA, que se nutre de donaciones en alimentos y dinero, lleva anualmente quince mil millones de raciones de comida a 97 millones de personas en 88 países, distribuyendo la ayuda a través de unas mil organizaciones aliadas.
El Nobel «es un reconocimiento conmovedor al trabajo del personal que arriesga su vida todos los días para llevar alimentos y asistencia a cerca de 100 millones de niños, mujeres y hombres hambrientos de todo el mundo», dijo, exultante, el estadounidense David Beasley, director ejecutivo del PMA, al conocer la distinción.
La ayuda trata de llegar a «personas cuyas vidas a menudo se ven brutalmente destrozadas por la inestabilidad, la inseguridad y los conflictos», agregó.
El PMA recordó que en 2019 había en el mundo 135 millones de individuos en inseguridad alimentaria aguda, situación en la que la incapacidad de la persona para consumir alimentos pone en riesgo inmediato su vida o sus medios de subsistencia, y con la pandemia covid-19 pueden agregarse entre 83 y 132 millones de personas.
El hambre crónica, situación en la que una persona no puede consumir alimentos suficientes para mantener una vida normal y activa durante un período prolongado, afecta a 690 millones de habitantes en todo el mundo.
Hay países envueltos en conflictos donde la situación es muy crítica, como Afganistán, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur o Yemen, pero también latinoamericanos como Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela.
El comité del Nobel de la Paz elogió la capacidad del Programa para actuar en plena pandemia y dijo que «el mundo corre el riesgo de sufrir una crisis alimentaria de proporciones inconcebibles si el PMA y otras organizaciones de asistencia no reciben el apoyo económico que necesitan».
El PMA recaudó el año pasado unos ocho mil millones de dólares, sobre todo donaciones de países de ingresos altos, y emplea a unas diecisiete mil personas. Para sus operaciones posee o fleta unos seis mil camiones, treinta barcos y cien aeronaves.
Fue concebido en 1962, como un programa temporal para asistir a las víctimas de un terremoto en Irán y de un tifón en Tailandia, pero vista su utilidad se convirtió en una organización permanente dentro del sistema de Naciones Unidas, dirigido por una junta de treinta y seis Estados miembros.
El secretario general de la ONU, António Guterres, saludó la concesión del Nobel al PMA y dijo que «en un mundo de abundancia, es inconcebible que cientos de millones de personas se acuesten cada noche con hambre», a los que se agrega «gente que está en el abismo de la hambruna debido a la pandemia».
«Las mujeres y los hombres del PMA se enfrentan a grandes peligro y distancias para proporcionar sustento vital a los afectados por los conflictos, a las personas que sufren a causa de las catástrofes, a los niños y a las familias que no saben cuál será su próxima comida», elogió el titular de la ONU.
Según medios de prensa en Oslo, en esta edición no había un candidato claro para recibir el premio, y entre los finalistas estaban la Organización Mundial de la Salud, la activista ambiental sueca Greta Thunberg y Reporteros Sin Fronteras.
El premio se entregará el 10 de diciembre en una ceremonia limitada, a causa de la pandemia, en la Universidad de Oslo.