En español: lacrimógeno, no lagrimógeno

La Fundéu indica que lacrimógeno, y no lagrimógeno, es la forma adecuada del adjetivo que alude a lo que irrita los ojos y produce lagrimeo.

El diccionario académico explica que lacrimógeno (‘dicho especialmente de ciertos gases: que irritan los ojos produciendo lagrimeo’ y, en sentido despectivo, ‘que mueve a llanto’) proviene del latín lacrĭma.

Esta c latina original evolucionó en español a una g. Así surgieron palabras, en este caso, como lágrima, lagrimear o lagrimoso. Sin embargo, también era habitual que se mantuviera en paralelo la c etimológica y formara derivados cultos, como ocurre con lacrimógeno (de lacrĭma, ‘lágrima’), lacustre (de lacum, ‘lago’), dominical (de dominĭcus, ‘domingo’) o clerical (de clerĭcus, ‘clérigo’).

Uso incorrecto:

  • Gas lagrimógeno, golpes y hasta el presidente del Galo aventando botellas de agua a los xeneizes.
  • Los manifestantes arrojaron bombas lagrimógenas a las fuerzas de seguridad.
  • Es la típica película lagrimógena.

Uso correcto:

  • Gas lacrimógeno, golpes y hasta el presidente del Galo aventando botellas de agua a los xeneizes.
  • Los manifestantes arrojaron bombas lacrimógenas a las fuerzas de seguridad.
  • Es la típica película lacrimógena.

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