La Fundéu indica que ‘neonegacionismo’ es un término válido formado por el prefijo neo-, ‘nuevo’, y el sustantivo negacionismo.
En la prensa, en las noticias relacionadas con el cambio climático, se está empezando a emplear la voz neonegacionismo para aludir a una nueva actitud que no niega la existencia del problema como hacía el negacionismo clásico, pero que en la práctica no trabaja para combatirlo.
Formalmente, neonegacionismo es un sustantivo válido, construido sobre la base del término negacionismo, que alude a las doctrinas que rechazan algún hecho importante generalmente aceptado, en especial hechos históricos o evidencias avaladas por la ciencia o por los datos, y el prefijo neo-, que significa ‘nuevo’.
En cuanto a su significado, viene a aludir a una nueva fase respecto del negacionismo clásico. Si este negaba, primero, la existencia del cambio climático, luego no negaba su existencia, pero lo atribuía a causas naturales y no a la acción humana y, finalmente, admitía el problema, pero aducía que la humanidad era incapaz de solucionarlo, el neonegacionismo admite el problema, pero, en la práctica, no hace nada por solucionarlo o retrasa todo lo posible la toma de decisiones al respecto. Una especie de inacción que no puede negar los datos ante su evidencia, pero que no da un paso por intentar solucionarlos.
Adecuada desde el punto de vista formal y semántico, su empleo en los ejemplos anteriores es plenamente válido. Nada impide, además, que este neologismo se emplee en otros contextos en los que ya se venía usando negacionismo, como, por ejemplo, la violencia de género, y que forme derivados como neonegacionista, en paralelo al también válido negacionista.
Uso correcto
- Tras la oleada de conciencia colectiva surgida del Acuerdo de París, el neonegacionismo toma nuevas formas a la hora de retrasar la puesta en marcha de lo acordado hace solo cuatro años.
- ¿Estamos a salvo del neonegacionismo climático?