Eric Clapton confiesa estar harto de todo lo relacionado con la COVID-19

Eric Clapton, el legendario guitarrista inglés canta, a los 76 años, en un precioso videoclip animado que se encuentra en YouTube su hartazgo de la pandemia, el confinamiento, la guerra de las vacunas, la gestión oficial… mientras prepara una pequeña gira por Estados Unidos que comenzará el próximo septiembre.

«Esto tiene que acabar, ya basta, no puedo soportar más estas chorradas. No puedo más…tengo ganas de llorar» canta, sobre una base de blues, quien es uno de los mejores guitarrista del último siglo, para después referirse a los «desastrosos» efectos secundarios que le aparecieron tras recibir la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca: «Mis manos y mis pies estaban helados, o hinchados o brillantes, y casi inutilizables durante dos semanas».

En el pasado mes de mayo ya había denunciado su falta de confianza en la vacuna, la administración Johnson le respondió que se habían administrado 56 millones de dosis que han salvado miles de vidas, y que los efectos secundarios «son una respuesta inmunitaria normal en las vacunas».

En «This Has Gotta To Stop» habla de los manifestantes que han salido a la calle con pancartas que llevaban escrito «libertad», de los políticos que les arengan y de los ciudadanos transformados en marionetas. Pero también de la catástrofe climática: «Pienso en mis hijos, en lo que les queda y en lo que se avecina».

A finales de 2020, Eric Clapton sacó, junto a Van Morrison un single con la canción «Stand and Deliver», muy crítica con el confinamiento. Los beneficios de la venta y reproducción del disco fueron destinados a una asociación que ha estado ayudando a los músicos que no han podido trabajar durante la crisis sanitaria: «Tenemos que encontrar una forma de salir de este lío –había declarado entonces- La música podría no superarlo».

En 2016 Eric Clapton, quien se estaba recuperando de una dependencia del alcohol y otras substancias, manifestó que padece una lesión del sistema nervioso (neuropatía periférica) que está afectando a su manera de tocar la guitarra. Se trata de una enfermedad que provoca dolores fuertes y alteraciones motoras, además de debilidad muscular.

Un año más tarde, en una entrevista en la BBC confesaba estar perdiendo oído: «Me estoy volviendo sordo, tengo acúfenos y mis manos funcionan cada vez peor».

Pese a todo, ha seguido trabajando, sobre todo en estudio.

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