“El Fado y las artes”, como muestra de la transversalidad de un género que va más allá de la música, llegando con sus ramificaciones al cine, la literatura, el arte o la fotografía, será el eje de La VII edición del Festival Internacional de Fado de Madrid, informó Rocío Casado, coordinadora de Programación Artística de Teatros del Canal, que será la sede del evento.
Rocío Casado presentó los propósitos y novedades de esta edición 2017 del festival en el Cine Doré, sede de filmoteca Nacional, en una mesa presidida por Alvaro Covões (Organización del festival) y el cantante fadista Camané, a quienes más tarde se unió la cantante Raquel Tavares.
Como cada año, el plato fuerte serán los tres conciertos que tendrán lugar en la Sala Roja de Teatros del Canal, que en esta edición unirá a tres generaciones del fado por medio del representante más destacado de cada una de ellas: 30 de junio con Raquel Tavares, el 1 julio con Gisela João y el 2 de julio con Camané.
En la sala se encontraba también Fernando Carmo, una gloria del fado, quien ahora forma parte de la organización. Todos estaban muy felices de volver a Madrid para estrechar lazos y cantar.
Ante la pregunta periodística de si, tal como opinan algunos, el fado, igual que la copla, el flamenco o cualquier música popular que se precie, ha de cantar amores desgraciados «de esos que se perpetran con nocturnidad y alevosía», Raquel Tavares afirma que el fado no es en absoluto triste -aun cuando cante temas tristes o amores desgraciados- y que el fado puede cantar cualquier cosa. Puso como ejemplo la samba, una música que a todos nos parece muy alegre, pero cuyos temas son tristes, si bien los brasileños la cantan con mucha dulzura.
Camané por su parte, ante la pregunta de los amores desgraciados, habló de “dolor de codo” (breve e intensísimo) e insistió en que cantar triste no significa ser triste.
Ambos artistas apuntaron que la tristeza portuguesa es una nota de su carácter que no significa precisamente que ellos lo sean. No al menos a la manera en que la mayoría entendemos la tristeza, melancolía, saudade para ellos.
Lo cierto es que lo triste vende más que lo alegre y que sobre esto podríamos hablar largo y tendido y quedaríamos igual, pero lo importante es escuchar esa música maravillosa y evocadora, de límites difusos, como casi todo en el momento actual, y que cada uno sienta lo que mejor vaya con su temperamento y su momento.
Dado el carácter interdisciplinar que adquiere el Festival en la presente edición, durante los tres días de esta cita con la cultura portuguesa se podrá visitar en los Teatros del Canal la exposición O Fado na Arte Portuguesa, producida por el Museo del Fado y por la EGEAC.
El haber elegido para la presentación el Cine Doré se debe a que la programación musical irá acompañada de otras actividades que se desarrollarán en sus salas, como las conferencias de la doctora en Arte y Patrimonio Sara Pereira y del ilustrador y autor de cómic Nuno Saravia, quienes hablarán de la importancia y la influencia del Fado en las artes plásticas.
En este mismo escenario habrá hueco, cómo no, para el cine, proyectándose las cintas Fado, de Bento Mântua y El fado y el cine de animación, de varios autores especialistas en la animación cinematográfica.
Cuando la mesa acabó de hablar, los fadistas Camané y Raquel Tavares fueron los encargados de poner música en directo, debidamente acompañados por los guitarristas, a esta presentación de la VII Edición del Festival de Fado de Madrid, el pasado 30 de mayo.