El escritor alemán de origen judío Edgar Hilsenrath falleció a los 92 años el pasado 30 de diciembre de 2018 en Wittlich, de una neumonía.
Era uno de los últimos escritores que vivió y contó el Holocausto y fue Premio Nacional de Literatura en Armenia en 2006 por su obra ‘El cuento del último pensamiento’ (en alemán, Das Märchen vom letzten Gedanken).
Esa misma novela, donde compara el genocidio armenio al Holocausto contando las atrocidades efectuadas por los turcos, obtuvo previamente en 1989 el prestigioso premio literario Alfred-Döblin. Asimismo recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Ereván, capital de Armenia.
En español no se encuentra traducida, tan solo cuenta con dos obras ‘El nazi y el peluquero’ escrita en 1971 (por la editorial Maeva, 2004, hoy descatalogado) y ‘Fuck America’ (por la editorial Errata Naturae en 2010) editada originalmente en 1980 pero no en Estados Unidos y del que se ha hecho una adaptación teatral.
Autores como los dos premios Nobel de Literatura alemanes, Heinrich Böll (1917-1985) y Günther Grass (1927-2015) elogiaron su obra. Ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo siendo traducido a dieciocho idiomas.
“Edgar Hilsenrath nos ha dejado. ¿Quién puede reivindicar más humor y comprensión de la especie humana que este escritor inclasificable? Gracias por todo lo que nos habrás dado para leer y vivir Edgar”, indicó la editorial francesa Le Tripode en una red social.
Se consideraba “ateo y judío” y tenía una clara opinión sobre el conflicto israelípalestino: “El pueblo palestino tiene el mismo derecho que el judío, pero es un problema grave para Israel. No es un problema racial, sino político. Si dejaran entrar a todos los palestinos, el Estado de Israel dejaría de existir.”
Aunque se consideraba alemán y decía amar a su país y su idioma señalaba con ironía que los alemanes “siempre quieren dictarnos a los judíos como tenemos que escribir”.
En 1964 se publicó ‘La noche’, su primera novela que narra los horrores de intentar sobrevivir en un gueto judío. Pero su editor alemán, preocupado por la causticidad de su pluma y del humor satírico que caracterizaba ya su obra, no publicó el libro. Era un autor indeseable en su país llegándole a comparar con Charles Bukowski (1920-1994).
‘La noche’ fue traducido al inglés, apareció en Estados Unidos en 1966 y se convierte en un éxito de ventas, con cerca de 500.000 ejemplares. “Escribí del Holocausto porque estaba allí” declaraba.
A veces considerada como una obra maestra e iconoclasta, ‘El nazi y el peluquero’, es un libro que habla del Holocausto en un estilo satírico y burlesco, se publicó con éxito en Estados Unidos en 1971. La novela cuenta la historia de un alemán de las SS, asesino de masas, que al final de la guerra asume una identidad judía y se escapa a Israel, relatando las crueldades cometidas por él mismo durante el nazismo. “No hay un castigo para mí que pueda reconciliarme con mis víctimas” señala el personaje.
En Alemania no se pudieron publicar sus obras hasta la década de los setenta, ‘El nazi y el peluquero’ en 1977 –tras ser rechazada previamente por 60 editoriales- y ‘La noche’ en 1978 aunque antes, en 1964, se editó una pequeña tirada con solo mil ejemplares.
Escribió también ‘Orgasmo en Moscú’ (1979), ‘El regreso a casa de Jossel Wassermann’ (1993) -el escritor y político polaco Andrzej Szczypiorski declaró que muchos “llorarán cuando lean el libro” -, ‘Las aventuras de Ruben Jablonski’ (1997), ‘Berlín…fin de estación’ (2006) y ‘Golpearon el ritmo con sus puños’ (2008).
Edgar Hilsenrath consideraba que hacía literatura y no eran novelas autobiográficas aunque sus vivencias personales le ayudaban en sus obras. Uno de sus últimos premios fue en 2016, el Hilde Domin de Literatura en el Exilio, otorgado en la ciudad de Heidelberg. El galardón se otorga a escritores exiliados o que han vivido o abordado el tema del exilio.
Biografía
Nacido en Leipzig en 1926 en una familia de comerciantes judíos, sobrevivió al nazismo exiliándose con sus padres y su hermano menor, tras la noche de los Cristales Rotos, en julio de 1938, a un gueto en Bucovina, Rumania, donde vivían sus abuelos. Deportado en 1941 por los fascistas rumanos al campo de Czernowitz en Ucrania, el Ejército soviético lo salvó en marzo de 1944 cuando estaba a punto de ser ejecutado pero “se asustaron porque se acercaban los soldados del Ejército Rojo”. Entonces, contaba, un soldado le dio un cigarrillo y desde entonces, no dejó de fumar hasta prácticamente su muerte.
Otra anécdota de su infancia es que en el colegio era el único judío y que en la época nazi la maestra dijo que los judíos no comen cerdo porque no pueden comerse a sí mismos, a lo que el niño Edgar contestó que había un cerdo en su casa, por lo que recibió una paliza.
Al final de la guerra, volvió a Bucovina, desde donde tras pasar por Bulgaria, Turquía, Siria y Líbano llegó a territorio palestino. Después en 1947 emigró a Lyon, Francia, donde vivía el padre y donde se reencontró toda la familia. Posteriormente se instala en Nueva York, Estados Unidos en 1951, donde vivió 25 años sin llegar nunca a adaptarse.
Se ganó la vida con pequeños trabajos, comenzó a escribir (en alemán) el fruto de sus experiencias vitales. Volvió en 1975 a Alemania donde residió básicamente en Berlín hasta su muerte.
Estaba casado en segundas nupcias con la política del partido Los Verdes, Marlene Hilsenrath.