La final de la Copa del Trono 2016 de fútbol –equivalente en Marruecos a la Copa del Rey española- se disputó el pasado viernes 18 de noviembre, coincidiendo con la fiesta de la independencia de Marruecos, en El Aaiún, capital del Sáhara Occidental o de las ‘provincias del sur’, según el lenguaje oficial marroquí.
La elección de El Aaiún como sede de este partido es muy simbólica ya que Marruecos lanza una señal de la reafirmación nacional de su soberanía sobre el territorio.
La Real Federación Marroquí de Fútbol quiere potenciar la presencia de la selección de Marruecos en El Aaiún, por lo que será sede de partidos de las categorías inferiores desde la sub-15 a a sub-20, no descartando en un futuro la presencia de la selección absoluta. De hecho, la celebración de la final de la Copa del Trono este año en El Aaiún ha sido calificada como “histórica”.
La final la ganó, tras llegar a la prórroga, el Magreb de Fez (MAS) por 2-1 al Olimpique de Safi (OCS), que era debutante en una final de la Copa del Trono y cuyo entrenador, Hicham Dmili, dejó el cargo nada más terminar el encuentro. Se da la curiosa circunstancia que el MAS juega en la la segunda división del fútbol marroquí o Botola 2, ocupando las últimas plazas y, no obstante, jugará competición africana el próximo año.
Así, fue la primera vez que la final de la Copa del Trono se juega en El Aaiún, ciudad cuyo equipo, Jeunesse Sportive d’el Massira Laayounne (Juventud Deportiva la Marcha El Aaiún, en español) juega en la Botola 2 ocupando actualmente la cuarta plaza. Este equipo fue creado en territorio marroquí en Benslimane en 1977 y llevado al Sáhara para representarlo en 1995 (por cierto, no hagan caso si leen la referencia de wikipedia en español de este club pues no informa de la realidad).
El estadio Cheikh Laghdaf, construido en 1984 fue convenientemente remodelado para la final. Con capacidad para 30.000 espectadores ha sido dotado de asientos –antes sólo existían gradas- adornados con los colores de la bandera marroquí, verde y rojo y no con los del equipo que representa, que son de color amarillo. La copa la entrego el hermano del rey Mohamed VI, Moulay Rachid.
Cartel crítico con la presencia de Maradona en El Aaiún realizado por Josetxo Ezcurra.Por otra parte, previamente el exjugador argentino Diego Armando Maradona repitió por segundo año consecutivo en un partido homenaje en que lució la camiseta marroquí, con ocasión del 41 aniversario de la Marcha Verde, el pasado 6 de noviembre, en el mismo escenario. Su presencia sirvió como es lógico a Marruecos para proclamar su soberanía sobre el territorio saharaui en disputa que fue conquistado a sangre y fuego en 1976.
Fue un partido homenaje, llamado curiosamente ‘Partido por la paz’ que enfrentó a viejas glorias del fútbol africano con otras del resto del mundo, Europa y América. El partido se saldó con un resultado de 4-3 a favor de la selección del resto del mundo. Entre otros jugadores se encontraba el español exmadridista Michel Salgado.
Maradona reside actualmente en Dubai, donde entrenó, y es ‘embajador deportivo’ de los Emiratos Árabes Unidos que apoyan a Marruecos en el contencioso del Sáhara. A pesar de que se informó que cobró 200 000 dólares (188 000 euros) y dos relojes de oro por su presencia en El Aaiún, él lo negó tajantemente.
El año pasado, Maradona jugó apenas veinte minutos y marcó un gol, pero se le recuerda su baile saharaui nada más salir al terreno de juego y por las innumerables autofotos que se hizo con todos sus seguidores. Este año tampoco completó todo el partido.
Maradona además de alabar a sus anfitriones no tuvo inconveniente en afirmar querer volver: “especialmente cuando se trata de celebrar el aniversario de la Marcha Verde” además de dar vivas al Rey Mohamed VI y a Marruecos.
Paradójicamente, Maradona que tanto presume de amistad con los dirigentes de Venezuela y apoyó a las abuelas de la Plaza de Mayo –ambos defensores de la causa saharaui- no tiene reparo en secundar públicamente la marroquinidad del Sahara, que ningún país del mundo reconoce oficialmente y donde celebrar “reuniones internacionales en territorios ocupados es ilegal conforme al derecho internacional” y está “en contradicción con los esfuerzos de la comunidad internacional para resolver el conflicto del Sahara Occidental” según el Derecho Internacional.
Por último, Maradona defendió la candidatura de Marruecos que se prepara para albergar el campeonato mundial de fútbol de 2026, después de los previstos, con gran polémica, en Catar en 2022.
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