Cuando faltan menos de tres meses para la 29 Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP29), el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, demanda una respuesta de emergencia de la comunidad internacional, ya que nuevos datos revelan un deterioro crítico del estado del clima, informa Catherine Wilson (IPS) desde Sídney.
Los científicos han pedido limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales para evitar el sobrecalentamiento de la atmósfera y un aumento perjudicial del nivel del mar.
Pero, debido a la inacción para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, existe 80 por ciento de posibilidades de que se supere el umbral de 1,5 grados en los próximos cinco años, informa la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
«Esta es una situación descabellada: el aumento del nivel del mar es una crisis creada por la humanidad. Una crisis que pronto alcanzará una escala casi inimaginable sin un bote salvavidas que nos lleve de regreso a un lugar seguro», dijo Guterres en Nuku’alofa, la capital de Tonga, una nación polinesia de unos 106 000 habitantes ubicada al sureste de Fiyi.
El secretario general de la ONU visitó a fines de agosto las islas del Pacífico, donde fue testigo de primera mano de cómo las vidas de las personas están en juego mientras sufren un impacto implacable de los extremos climáticos, como ciclones, inundaciones, aumento del nivel del mar y temperaturas más altas.
Los nuevos informes, publicados al concluir agosto, «confirman que los niveles relativos del mar en el suroeste del Pacífico han aumentado incluso más que el promedio mundial, en algunos lugares más del doble del aumento global de los últimos treinta años», dijo Guterres.
«Si salvamos el Pacífico, también nos salvamos a nosotros mismos. El mundo debe actuar y responder al SOS antes de que sea demasiado tarde», añadió en Tonga.
Según un informe de las Naciones Unidas recién publicado bajo el título «Mares agitados en un mundo en calentamiento», el aumento del nivel medio global del mar fue de 9,4 centímetros (cm), pero en el suroeste del Pacífico fue de más de 15 cm entre 1993 y 2023.
Se prevé que la expansión de los océanos, debido al derretimiento del hielo del Ártico y la Antártida, «cause un gran aumento de la frecuencia y la gravedad de las inundaciones episódicas en casi todos los lugares de los pequeños Estados insulares en desarrollo del Pacífico en las próximas décadas».
Los habitantes insulares del Pacífico viven en 90 por ciento a menos de cinco kilómetros de las costas, lo que los deja muy expuestos a la invasión de los mares. Los impactos del cambio climático plantean una grave amenaza a la vida humana, los medios de vida y la seguridad alimentaria, y las implicaciones para el aumento de la pobreza y las pérdidas y daños son «profundas y de largo alcance», afirma el informe.
Durante años, los líderes de las islas del Pacífico han sido los primeros en pedir a los líderes mundiales y a las naciones industrializadas que adopten medidas rigurosas para detener las crecientes emisiones de dióxido de carbono que destruyen la atmósfera terrestre.
En Tonga, Guterres se unió a muchos de ellos en la 53 cumbre de líderes del Foro de las Islas del Pacífico, celebrada los días 26 y 27 de agosto, entre ellos el anfitrión de la cumbre y primer ministro de Tonga, Siaosi Sovaleni, el primer ministro de Papua Nueva Guinea, James Marape, la líder de Samoa, Fiame Naomi Mata’afa, y el primer ministro de Tuvalu, Feleti Teo.
El máximo responsable de la ONU aprovechó la oportunidad para amplificar sus voces y su liderazgo en materia climática.
«Los gases de efecto invernadero están provocando el calentamiento y la acidificación de los océanos y el aumento del nivel del mar, pero las islas del Pacífico nos muestran el camino para proteger nuestro clima, nuestro planeta y nuestro océano», afirmó.
Guterres se tomó el tiempo de escuchar las voces de las comunidades locales y de los jóvenes, y obtuvo valiosas perspectivas sobre cómo responde la población de Tonga a los fenómenos climáticos extremos y los desastres.
En enero de 2022, un tsunami, provocado por la erupción de un volcán submarino conocido como Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, azotó Tonga.
Alcanzó la isla principal de Tongatapu y otras, afectando a 80 por ciento de la población del país, destruyendo el ganado y las tierras agrícolas y causando daños por más de 125 millones de dólares.
Guterres se reunió con habitantes de las aldeas costeras de Kanokupolu y Ha’atafu, que quedaron devastadas cuando el tsunami arrasó, y examinó las ruinas de los centros turísticos de playa y la infraestructura costera mientras presenciaba la resiliencia y la determinación de quienes han reconstruido sus hogares y sus vidas.
Hace dos años, la ONU también lanzó el proyecto «Alertas tempranas para todos», cuyo objetivo es instalar sistemas de alerta temprana en todos los países para 2027, con el fin de salvar vidas y prevenir daños.
«Con el aumento de la intensidad de los ciclones tropicales y las inundaciones (en el Pacífico), el simple pronóstico del tiempo no es suficiente para que la gente se prepare para estos desastres naturales», dijo a IPS la experta en ciclones tropicales Arti Pratap, profesora de Ciencias Geoespaciales en la Universidad del Pacífico Sur, en Fiyi.
Para la especialista, es importante «enfocarse en desarrollar la capacidad de las comunidades para utilizar la información que aportan los servicios meteorológicos nacionales en el Pacífico cada hora, día y mes para la toma de decisiones».
Muchos agricultores, por ejemplo, «tienden a confiar en el conocimiento tradicional disponible sobre el tiempo y el clima y su interacción con el medio ambiente que los rodea, con el que están familiarizados. Sin embargo, el conocimiento tradicional puede no ser suficiente en el contexto del calentamiento global», dijo Pratap.
La iniciativa de la ONU incluye la instalación de estaciones de observación meteorológica, sensores oceánicos y radares para predecir mejor los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres. Según la ONU, avisar con veinticuatro horas de antelación de un desastre inminente puede reducir los daños en treinta por ciento.
Como parte del proyecto, Guterres puso en marcha un nuevo radar meteorológico en el Aeropuerto Internacional de Tonga.
Su gira de una semana por las islas del Pacífico, que también incluyó visitas a Samoa, Nueva Zelanda y Timor Oriental, fue un momento oportuno para que Guterres iniciara conversaciones sobre los objetivos que se tratarán en la COP29, que se celebrará en Bakú, la capital de Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre.
Las prioridades clave de la cumbre climática de este año serán, entre otras, limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y lograr un amplio acuerdo sobre la escala y la provisión de financiación climática.
«Lo único que está clarísimo en mi presencia aquí es poder decir a los grandes emisores de forma clara y rotunda desde las islas del Pacífico que es totalmente inaceptable, con los efectos devastadores del cambio climático, seguir aumentando las emisiones», declaró Guterres en Nuku’alofa el 26 de agosto, en la primera parte de su gira.
Y, para muchos isleños del Pacífico, obtener un mejor acceso a la financiación climática es vital.
La organización de desarrollo Comunidad del Pacífico informa que la región necesitará al menos 2000 millones de dólares al año para implementar proyectos de resiliencia y adaptación climática y la transición a la energía renovable. Esta cifra supera con creces lo que el Pacífico recibe actualmente en financiación climática, que es de unos 220 millones de dólares al año.
«A pesar de las promesas loables de las Naciones Unidas y los líderes mundiales, como el Acuerdo de París, los mecanismos financieros globales existentes todavía impiden que las organizaciones comunitarias y juveniles accedan a un apoyo fundamental», dijo Mahoney Mori, presidente del Consejo de la Juventud del Pacífico, a los medios locales durante una reunión entre Guterres y los líderes juveniles del Pacífico en la capital de Tonga.
«Como primer paso, todos los países desarrollados deben cumplir su compromiso de duplicar la financiación de la adaptación a al menos 40.000 millones de dólares al año para 2025», había dicho Guterres en el Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio.
Siaosi Sovaleni resumió las opiniones de muchos en el Pacífico mientras la atención mundial se centraba en su nación insular con la visita del secretario general de la ONU.
«Necesitamos mucha más acción que solo palabras», dijo en la reunión de líderes del Pacífico. Refiriéndose a un pequeño terremoto que sacudió las islas mientras los líderes convergían en Tonga.
Y añadió: «Ofrecimos un espectáculo con la lluvia y un poco de inundaciones y también los sacudimos un poco con ese terremoto, solo para enfrentarlos a la realidad de lo que tenemos que soportar aquí en el Pacífico».