Los ministros de la Unión Europea que se reunieron el 5 de junio de 2014 en Luxemburgo deberían haber adoptado medidas más enérgicas para salvar a migrantes y refugiados en el mar, señala Human Rights Watch (HRW).
Los ministros también deberían mejorar el acceso a la protección en Europa para los refugiados que huyen de Siria y de otros tipos de persecución y abuso.
Los ministros de Justicia y de Interior de la UE analizaron el trabajo del Grupo Especial para el Mediterráneo, dirigido por la Comisión Europea y creado en octubre de 2013 a raíz de la trágica muerte de 366 migrantes y refugiados en barco frente a las costas de Italia. Con la notable excepción de la operación Mare Nostrum de la marina italiana, que ha rescatado o ayudado a barcos con más de 30.000 personas a llegar a Italia, la mayoría de las respuestas políticas de la UE se han centrado en la vigilancia fronteriza y la deportación. El mecanismo de la UE diseñado para mejorar la vigilancia en el mar denominado EUROSUR, hasta el momento, no ha tenido ningún impacto real en salvar vidas.
“Sin una acción colectiva más fuerte por parte de la UE, este verano corre el riesgo de convertirse en una temporada de ahogamientos del Mediterráneo”, dijo Benjamin Ward, subdirector de la División de Europa y Asia Central de HRW: “Los ministros de Justicia y de Interior de la UE deberían brindar un apoyo financiero y material a los esfuerzos vitales de Italia para salvar la vida de los migrantes en el mar”.
Cada verano miles de personas que huyen de la guerra, la persecución y la indigencia se juegan la vida en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa. El número alcanzó un máximo de 140.000 en 2011, el año de las revueltas árabes. El elevado número de cruces de frontera durante los meses de invierno de 2014 sugiere que esta temporada de verano también pueda ser una de las más saturadas de la historia. Un informe de expertos del Consejo de Europa sobre las muertes en barco en el Mediterráneo, publicado el 3 de junio de 2014, identifica las fallas actuales en la coordinación de rescate como un impedimento clave para salvar vidas.
Si bien no hay cifras definitivas, se estima que en los últimos 20 años entre 20.000 y 25.000 personas perdieron la vida en el Mediterráneo. Imágenes de filas de ataúdes, después de que más de 360 personas, en su mayoría eritreos y somalíes, murieran tratando de llegar a la isla italiana de Lampedusa en octubre de 2013, conmocionaron al mundo.
Italia estableció Mare Nostrum como una respuesta directa. La operación ya ha salvado miles de vidas. Sin embargo, su alto costo, que se estima en 9 millones de euros (más de US$12 millones) al mes y el número de personas rescatadas, que son llevadas a Italia para su procesamiento, hacen que para el país sea insostenible administrarla en solitario. Todos los estados miembros de la UE y la propia UE deberían compartir la responsabilidad financiera y legal conforme miles de personas buscan refugio en Europa, sostiene HRW.
Con mayor frecuencia, las peligrosas rutas marítimas se están convirtiendo en la única opción para aquellos desesperados por llegar a la UE. Grecia ha construido una valla en su frontera terrestre con Turquía, por lo que es mucho más difícil entrar clandestinamente al país. Esto está forzando un desvió de los principales flujos de migrantes irregulares y solicitantes de asilo, incluidos aquellos que huyen del conflicto en Siria, a las islas del mar Egeo. Bulgaria está construyendo una valla similar en su propia frontera con Turquía. Grecia y Bulgaria han llevado a cabo “expulsiones” (deportaciones sumarias) de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo a Turquía. Muchas personas que huyen de la guerra, incluyendo en Siria, así como aquellos en busca de una vida mejor, se suben a barcos hacinados e inseguros para llegar a lo que esperan que será la seguridad en Europa. La dificultad para llegar a los países de la UE a través de los procesos legales, tales como la reunificación familiar, sólo agrava esta tendencia.
La Comisión Europea ha propuesto aumentar las rutas legales de entrada a la UE y ha hecho un llamamiento por una mayor solidaridad entre los Estados miembros de la UE para que acojan y procesen a los solicitantes de asilo. Sin embargo, el objetivo principal de la UE y sus Estados miembros ha sido evitar la entrada de los migrantes. Para ello, han reforzado los controles fronterizos, firmado acuerdos de readmisión con los países vecinos para que vuelvan a aceptar no sólo a sus ciudadanos sino también a cualquier persona que pase a través de camino a Europa, y han fortalecidos las medidas para facilitar la deportación de los migrantes en situación irregular y combatir el contrabando y el tráfico humano.
La revisión del Grupo Especial para el Mediterráneo en la reunión del Consejo de Justicia e Interior de la UE el 5 y 6 de junio propuso una oportunidad a los Estados miembros de la UE para que se aseguren de que estos esfuerzos sean equilibrados por un énfasis en salvar vidas y proporcionar acceso a la protección, señala Human Rights Watch. Esto debería incluir un incremento de vías legales de entrada a la UE y garantizar que las personas no sean devueltas a lugares donde son blanco de la persecución, la tortura u otros abusos graves contra los derechos humanos.
Grecia ocupa actualmente la presidencia de la UE, pero Italia la asumirá en julio. Ambos países están directamente afectados por la inmigración marítima y deberían abogar por un enfoque común de la UE que garantice el acceso a la protección para todos aquellos que lo necesiten, recomendó Human Rights Watch. Otros países de la UE, independientemente de su ubicación geográfica, deberían mostrar su solidaridad a la hora de abordar lo que es un reto y una responsabilidad de toda Europa.
Los ministros de la UE también deberían hacer mucho más por los sirios y palestinos que huyen de una situación de guerra cada vez peor en Siria, dijo Human Rights Watch. De los 2,7 millones de personas que han huido de la guerra en Siria, un 3 por ciento ha buscado refugio en los Estados miembros de la UE. Con la excepción de Alemania, que ha prometido más de 10.000 plazas, las ofertas de plazas de reasentamiento por parte de los miembros de la UE han sido muy limitadas.
Cuando el número de refugiados registrados de Siria en Jordania alcanza los 600.000, supera los 765.000 en Turquía y se acerca a 1,1 millones en el Líbano (casi una cuarta parte de la población), los gobiernos de la UE deberían cumplir su parte, señaló Human Rights Watch. Los ministros de la UE deberían comprometerse a recibir a muchas más personas procedentes de Siria, garantizar un examen rápido y justo de sus solicitudes de asilo, independientemente de su primer punto de entrada a la UE, y proporcionarles las condiciones adecuadas de acogida a su llegada.
“Hay muchos apretones de manos sobre Siria en la UE, pero cuando se trata de ofrecer protección, la mayoría de los gobiernos de la UE son reacios a actuar”, dijo Ward. “Más lugares de asentamiento para los sirios y más rutas legales de entrada para los migrantes salvarán vidas”.