Estaba debidamente entrenado para ese momento. La vida nos ofrece circunstancias, y, aunque hay un destino escrito, somos nosotros los que debemos elegir entre las condiciones para definirnos a través del comportamiento.
Los hábitos nos amoldan, y las respuestas también. Lo sabía. Él conocía bien lo que se jugaba en esa situación, que era crítica, pero también la llave para un desenlace a favor o en contra.
Lo contemplamos con benevolencia, con altura de miras. Ha evolucionado. Ha sabido adaptarse con la máxima curiosidad. Se ha formado cono persona, como un ser bueno. Le mostramos gratitud.
Se ha convertido en embajador de la gracia, de la simpatía, del maravilloso hacer. Coopera, y eso se ve en ese instante que es compendio de un estilo de vida.
Realiza todo lo que puede con brillo. Es distinguido. Se ha creado a sí mismo, seguramente sin propuestas determinadas.
Ha asumido riesgos, muchos, y sabe que las iniciativas están ahí para interiorizarlas y tirar hacia delante. Se ha implicado, y ahora lo va a demostrar. Estamos con él.