España, habiendo llegado a la mitad del año 18, acusa un desequilibrio importante en cuanto a la población se refiere. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de nacimientos registrados en España en 2017 es el más bajo desde 1999, frente al número de defunciones que es el más alto desde 1976. Esto sugiere que, por segundo año consecutivo, se alcance un saldo vegetativo negativo, es decir, el número de nacimientos respecto a las defunciones de la población residente de cerca es de 31.300 personas. Si a esto le sumamos la población residente y no residente, los datos referidos al número de nacimientos disminuyó en 2017 un 4.5 % respecto al año anterior, mientras que el de defunciones aumentó cerca de un 3.2 % según refiere el INE.
La edad media para ser madre en España alcanza los 32.6 años, y supone que de 391.930 nacimientos que hubo en el país, 75.564 fueron sus madres extranjeras; es decir casi un 20 % del total. Si hablamos del número de hijos, la media se sitúa en 1.31 en 2017 y ha habido un significativo descenso con respecto al valor registrado el año anterior.
En cuanto a las defunciones, en España fallecieron 423.643 personas, es decir, un 3.2 % más que en el año anterior, mientras que la esperanza de vida se mantuvo en 83.1 para los varones y 85.7 para las mujeres. De acuerdo con la salud, una persona que ha alcanzado los 65 años, su esperanza de vida llega a ser 19 años más en los varones y 23 en las mujeres, siempre y cuando mantengan una calidad de vida, alimentación y ejercicio saludables.
Ciertamente en España existe otro factor importante a resaltar; el número de matrimonios ha descendido en un 2.2% respecto al año anterior, lo que supone que la decisión de tener hijos por parejas o de forma monoparental hace que se prolongue la maternidad más de lo aconsejado; madres mayores de 45 años, por ejemplo. En cuanto al número de matrimonios celebrados con cónyuges de distinto sexo, ha sido del 15,3 % y un 2.7 % de matrimonios han sido de parejas del mismo sexo.
Unos datos nada halagüeños para una población que envejece necesariamente y que por segundo año consecutivo acusa más muertes que nacimientos. Es hora de tomar conciencia de ello y que existan políticas que ayuden a conciliar la vida familiar con la laboral de modo que la balanza mejore. Hace diez años hablábamos de una crisis importante; las parejas esperaron. Esto no ha cambiado ahora que parece que lentamente mejora la economía. ¿Hablamos de otra situación entonces?